¿Variable o precio fijo? Enero terminará con la factura más baja desde 2021 y la tendencia es descendente. Cuatro meses consecutivos en los que es más barata que en el mismo mes del año anterior, pero ¿a quién afecta más la bajada del precio de la luz?
Desde que comenzó el 2023 mucho se está hablando de las bajadas del precio de la luz. Horas en las que es casi gratis y casi parece que vaya a salir a devolver y de los muchos factores que están influyendo en el descenso. ¡El cuarto mes consecutivo en el que cuesta menos que en el mismo periodo del año anterior! Lluvias intensas que aumentan la producción hidroeléctrica; viento que dispara la eólica; temperaturas suaves, hasta ahora, que han reducido la demanda de gas; y la excepción ibérica que lo estabiliza y rebaja. Muchos comentarios e información, pero falta lo que realmente importa. ¿A quién afecta más las bajadas del precio de la luz? Ahí está lo malo. La cifra de beneficiarios es menor que la cuantía del descenso porque…
Los beneficiados del descenso del precio de la electricidad
Ahora solo afecta aproximadamente al 30% de los consumidores domésticos. Aquellos que tienen una tarifa variable como es la oficial. Es decir, las que el precio depende de la hora del día y en las que hay que estar pendiente de las aplicaciones del móvil para saber cuándo es el mejor momento para poner la lavadora. A 3 de cada 10 familias, pero lo más importante es que afecta casi al 100% de las empresas. La mayoría tienen contratada este tipo de modalidad. Octubre, noviembre, diciembre y enero de constantes bajadas respecto a los mismos meses de 2021. Casi todas las empresas llevan 4 meses pagando menos por la luz que consumen… y eso debería de notarse en los precios de los productos y en la inflación. Sobre todo, porque el motivo por el que los aumentaron fue precisamente el incremento de los costes energéticos.
¿Compensa cambiarse de una tarifa a precio fijo a una variable?
Por tanto, todo esto solo afecta a los consumidores que tienen tarifas variables y hay otra cosa sobre las mismas que va a interesar a los consumidores. Durante el año pasado había muchas dudas sobre si era mejor una a precio fijo o, por el contrario… Era difícil decidirse por la mejor fórmula de contratación. Sin embargo, durante el último mes ya no hay dudas. Las variables son desde hace tiempo más baratas que cualquier otra nueva oferta estable que se pueda encontrar. El reflejo de que el mercado está cambiando de una forma mucho más rápida de lo que se preveía y podía anticipar hace apenas cuatro semanas. Aun así, hacer una recomendación es siempre difícil. Lo mejor es hacer las cuentas y tener como referencia la barrera de los 0,15 euros por MWh que la electricidad está marcando de media en el mercado mayorista.
Se espera que enero cierre en torno a los 90 euros/MWh, que es un precio bajo respecto a los 300 que se han visto recientemente, pero el normal, la media de la última década, es 48. El normal y sigue siendo casi el doble. Todavía queda recorrido.
¿A partir de qué límite compensa más un precio variable?
Todo depende. El problema es que las tarifas con un buen precio fijo, en cuanto toca renovar los contratos, se están acabando. Los 0,12 euros/MWh que durante meses han sido un chollo al actualizarlos se pueden convertir en 0,28 fácilmente. No es una exageración. De hecho, es casi lo mismo que cuesta la tarifa oficial o cualquier otra indexada. Importante mirar lo que está pagando cada uno en casa. Si está por encima de la barrera de los 0,15 la recomendación es cambiarse. Eso sí, pero a una que no tenga permanencia, por lo que pueda pasar. Muy importante porque todo apunta a que seguirá bajando en los próximos meses, pero no se sabe a ciencia cierta. La tendencia a la baja es clara y todavía le queda camino por recorrer porque el precio sigue siendo de más del doble de los valores habituales.