Combinación explosiva la de estos tres países y más si se habla de gas. Argelia amenaza a España con cortarle el suministro si lo desvía hacia Marruecos y el lío ya está montado. Complicada situación.
El mundo de la energía es complicado y, a veces, se quiere hacer más difícil todavía. No hay más que echarle un vistazo a cualquier factura para darse cuenta. Se mire por dónde se mire no hay quien la entienda. No es casualidad y es que en muchas ocasiones las cosas se lían más de lo necesario. Lo mismo pasa con el gas… Cuando parece que la cosa se calma siempre llega algo nuevo que genera aún más incertidumbre. Y es que hay combinaciones muy peligrosas. Casi explosivas. Ahora no desde Rusia sino desde Argelia. Amenaza con cortar el suministro a España si se desvía en parte a Marruecos. Lo que está garantizado es, por tanto, el enredo. Por su parte España asegura que van a poder utilizar el gaseoducto, pero que en ningún caso tendrán acceso al gas argelino. Pues eso, que no hay quien lo pueda comprender.
Así, si el acuerdo se llega a producir puede ser muy conflictivo y la razón es sencilla. Tan fácil de comprender como que las moléculas de gas no se pueden pintar de colores para diferenciarlas. Ni al que viene de Estados Unidos se le puede pintar de azul ni al de Argelia de rojo. Por tanto, es imposible luego comprobar la procedencia del que llegue hasta Marruecos por el gaseoducto de Tarifa. No hay manera. Es completamente indistinguible una vez que se recibe, se almacena y se mezcla en el sistema. Además, hay otro problema añadido. Esa infraestructura inicialmente se construyó pasando por Marruecos para venderle gas a España. Y precisamente se ha cerrado 20 años por las tensiones políticas que hay entre ambos países. No es ninguna ilegalidad. Todo está bien. De hecho, estaba previsto que funcionara justo durante ese tiempo y así ha sido.
Por eso se hace raro que ahora sean los marroquíes los que quieran utilizarlo, pero en sentido inverso. Es decir, en lugar de para llevar gas a la península ibérica para todo lo contrario: traerlo desde allí. La razón para este cambio es que Marruecos en concepto de peaje se quedaba con una parte del gas argelino. Ahora que lo han perdido tienen que sacarlo de alguna parte y, por este motivo, miran hacia España. Hay que reconócelo, como ha explicado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa, el acuerdo es muy complicado.
Hasta 2021 desde Argelia llegaba la mitad de todo el gas que se consume en España. Sin embargo, la cifra ha bajado al 40% por el cierre del gaseoducto que pasa por Marruecos.
Además, pone a España en una situación delicada. De ahí que la solución sea de todo menos sencilla. En principio, les mandará el gas, pero para no crear polémica será solo el que llega de Estados Unidos. El que viene en barcos en forma de GLP. Imposible distinguirlo una vez introducido en el sistema. Ni rojo ni azul, todo igual. Por eso, todo resulta más difícil de lo que parece. Ahí es donde está el problema y donde puede llegar a surgir el conflicto diplomático que haga que Argelia decida cerrar definitivamente el grifo del gas.
Ya no es solo que las moléculas no sean de colores. Además, hay otros detalles a tener en cuenta. A nadie se le escapa que sin el gas argelino no habría un excedente suficiente como para poder revender luego el que llega de Estados Unidos a Marruecos o a cualquier otro país. De modo que desde el punto de vista de Argelia ya no es solo que se use su infraestructura. Además, podrían reducir y cortar el suministro puesto que hay de sobra. Sea como sea, esta situación lo que sí que está produciendo es incertidumbre sobre lo que podría pasar con el 40% del gas que llega a España. Eso sin contar con que el contrato especifica claramente que si el gas se desvía a terceros podría acarrear la suspensión del mismo. Difícil solución, por tanto.