Hornillos, linternas, pilas y baterías. El temor a un apagón energético está ahí y lo cierto es que mensajes como el de Austria no ayudan para nada. Las posibilidades de que algo así ocurra en España son remotas y muy improbables.
Primeros días de otoño con temperaturas invernales y de encender la calefacción. Bajo cero, incluso en amplias zonas del Norte de España y ya con las importantes nevadas en los principales macizos montañosos. Frío extremo que se nota en las alturas y también en las calles de algunas ciudades. Por eso, la advertencia del Gobierno austríaco ante un posible apagón energético ha calado hondo en los ciudadanos. Eso sí, no dicen que se vaya a producir hoy ni tampoco mañana. Hablan de aquí a cinco años y eso es mucho tiempo. Vamos, que no es que se mojen demasiado. Incluso también se habla de que se podría producir en España, aunque eso parece aún menos probable. En principio no se ha detectado ningún riesgo o amenaza de que pueda tener lugar próximamente. No hay evidencias reales.
Sin embargo, el mensaje ha causado cierta alarma. Tanta, que se han intensificado las compras de algunos elementos que podrían constituir un auténtico kit de supervivencia para afrontar la improbable situación. Del camping a las casas pasando por la ferretería. Lámparas de gas, hornillos, … Y es que especialmente en este tipo de establecimientos aseguran que la demanda de algunos de estos artículos anti apagón son los más demandados en los últimos días. Sobre todo, las cocinas y estufas portátiles. También lo confirman los grandes almacenes y las tiendas de material de acampada. Cartuchos o bombonas de gas, linternas, pilas, … están volviendo a situarse entre los top ventas. Es temporada de estos artículos, pero tampoco tanto. Por lo que solo puede significar que los ciudadanos más precavidos se están preparando para algo que es difícil que al final vaya a suceder.
España cuenta con más de 100GWh de potencia eléctrica instalada. Más del doble de la que se necesitó en el pico histórico máximo y, además, cuenta con reservas de gas para más de 40 días.
Magnificada y quizá un poco mal entendida porque lo que pretende Austria con ese mensaje es manifestar otra preocupación. Nada de esto tiene que ver en realidad con el precio del gas o las dificultades para llenar las reservas de esta materia prima. Más bien de lo que hablan es de que su país pueda verse arrastrado por otros de su entorno a este apagón. Sin embargo, la situación en España es algo diferente. No está tan interconectada energéticamente con otras naciones. Solo Francia podría producir aquí ese efecto de arrastre y precisamente al otro lado de los Pirineos cuentan con uno de los sistemas eléctricos más estables del continente. El soporte de la energía nuclear allí es fuerte, sólido y, de momento, lo garantiza. Además, España tiene una gran ventaja competitiva en la diversificación.
Más de 100GW de potencia instalada de muy diferentes fuentes de energía. En total, más del doble de generación de lo que se llegó a necesitar en el pico histórico de demanda del año 2007. Aunque, como ha contado Jorge Morales de Labra en Noticias Fin de Semana de Telecinco, no es menos cierto que a nivel internacional hay un déficit de gas para este invierno y eso es otra historia. Se depende de países como Rusia que no dan todas las garantías. Por suerte, las reservas están al 80% y eso son más de 40 días seguidos de suministro. Además, si se llegaran a agotar se pondrían en marcha otros mecanismos. Es decir, se restringiría primero el consumo a la industria. Si no fuera suficiente, lo peor que podría ocurrir es que en determinados momentos se limitara temporalmente antes de que se produjese un apagón generalizado.