La energía excedentaria, de los muchos factores que se deben considerar a la hora de realizar un proyecto fotovoltaico de autoconsumo, es la clave de su rentabilidad.
Al fin y al cabo, alcanzar un nivel de autoconsumo de entre el 20% y el 30%, tanto en el ámbito industrial como en el doméstico, es relativamente fácil. No es ningún secreto. Como tampoco lo es aumentarlo instalando una mayor cantidad de paneles, pero, sin embargo, hay que tener en cuenta que la rentabilidad de la instalación fotovoltaica puede bajar. Sobre todo, porque la mayor parte de la energía producida por las nuevas placas será excedentaria y se deberá volver a inyectar a la red. Eso sí, a un precio mucho menor. Su valoración está muy por debajo del ahorro que se tiene cuando la energía se consume dentro de la instalación. Menor precio, menor ahorro y, por supuesto, menor rentabilidad fotovoltaica.
La clave de la rentabilidad de una instalación fotovoltaica es realizar un buen diseño para alcanzar el máximo grado de autoconsumo posible sin que se disparen los excedentes
Solo hay que fijarse en un dato. En España el precio de la energía excedentaria es mucho menor que el de la que se consume. Se paga más por la electricidad que se compra de lo que se recibe por la que se vende. Para algunos injusto, para otros necesario. Podría ser diferente si el modelo fuera de balance neto, pero en realidad el precio de la energía consumida no tiene por qué ser el mismo que el del excedente. Lo mismo pasa con el precio de la energía, en el mercado mayorista es mucho menor que el que luego se cobra en el recibo de la luz. Y este es el motivo por el que a la hora de hacer una instalación fotovoltaica es imprescindible hacer un buen diseño para alcanzar el máximo grado de autoconsumo posible sin que se disparen los excedentes. Sin duda, es la clave.
Además, hay que tener en cuenta que en el ámbito doméstico son mucho más relevantes. La razón es sencilla. En entornos profesionales la producción se concentra en las horas en las que se está trabajando. En cambio, es el tiempo en el que se suele estar fuera de casa, ¿verdad? Sí, excedentes y autoconsumo son fundamentales para la rentabilidad y más si se tiene en cuenta que la energía consumida se valora al coste de adquisición que depende de factores como tipo de cliente, mercado y, por supuesto, la hora en la que se realice el consumo. Con todo suele estar entre los 60 euros/MWh para industrias y 110 para los hogares donde, además, depende de la tarifa contratada. Sin embargo, los excedentes se valoran siempre igual. Al precio del mercado menos los costes de gestión. Eso son, ni más ni menos, entre 40 y 50 euros/MWh.
La buena gestión de los excedentes es fundamental para rentabilizar la inversión fotovoltaica, sobre todo, en el ámbito domestico
Aún hay más… A la hora de hacer un diseño de una instalación fotovoltaica no basta con hacer el cálculo del porcentaje de autoabastecimiento y del de los excedentes. Hay otros muchos detalles que marcan la diferencia en un análisis realmente serio como, por ejemplo, incluir los costes de mantenimiento y seguro. Lo que no debe incluir, en cualquier caso, son futuras subidas de la luz basadas en incrementos especulativos o históricos. No, la tendencia dice justo lo contrario. El precio de la luz ha bajado, sin ir más lejos, un 10% en el último año. Eso sí, para que las cuentas salgan bien, lo que si debe considerar es un detallado perfil horario tanto del consumo como de la producción. Cada usuario es diferente. Ni todos consumen igual, ni todas las casas tienen las mismas necesidades. Las diferencias son mucho mayores de lo que se puede imaginar.
Eso sin tener en cuenta que el uso de energía se desplazará de forma natural a las horas de mayor producción. Así que tampoco sirven los modelos predictivos basados en consumos anteriores. La orientación del tejado, la inclinación, los obstáculos, … todo influye. Por eso es fundamental comparar el perfil horario previsto de producción con el del consumo, hora a hora, como hacemos en Próxima Energía. Solo así es posible saber, con la mayor precisión posible, el tamaño de la instalación para dar respuesta a las necesidades y el ahorro previsto, manteniendo a raya a los excedentes. Siempre los habrá, pero minimizar su impacto con una correcta gestión es la clave de la rentabilidad de la inversión en autoconsumo fotovoltaico. ¿Qué se puede hacer con la energía excedentaria? ¿Baterías o inyectarla a la red a pesar de que su precio es menor que el de la consumida?