Ahora mismo circulando por calles y carreteras de España hay unos 150.000 vehículos eléctricos. Tan solo 5,5% de todo el parque automovilístico y demuestra que la electromovilidad no termina de arrancar.
Menos que en Alemania que supera el 20%, que en Francia con el 15% e, incluso, Portugal donde más del 10% de todos los vehículos en circulación son eléctricos. Y como las comparaciones son odiosas… mejor no hacerlo con otros países de Europa como Noruega, Suecia o Dinamarca en los que dentro de poco serán mayoritarios. Literalmente se han puesto las pilas en casi todos los sentidos. No es ninguna exageración como tampoco hay que olvidar que en 2035 ya no será posible comprar nuevos coches de combustión en toda la Unión Europea. Empieza a acercarse el momento de pisar fuerte el acelerador. Así, el porcentaje en España es casi testimonial.
Tan solo el 3% de las matriculaciones totales que se produjeron en 2022 se correspondían con vehículos 100% eléctricos. Y eso que durante el último año se vendieron en los concesionarios más de 850.000 coches nuevos. Está claro, la venta en España no acaba de despegar. Todavía siguen siendo muchos los conductores tienen dudas sobre esta tecnología… Precios más elevados, menor autonomía y, especialmente, la ausencia de una red de carga con más puntos operativos, son algunos de las contras por las que los españoles no se animan del todo a ponerse al volante de la electromovilidad. Así, lo señalan los consumidores.
“… la falta de recursos económicos”. “No poder esperar durante horas a que se cargue para poder continuar el camino”. “Mucho más caros”. “Precios de locura”. “La ausencia de infraestructuras no lo hacen viable en este momento”.
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Sin embargo, como ha contado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco, muchas de estas barreras se han superado o lo harán próximamente. Ayudas y subvenciones; ahorro al repostar por los altos precios de los combustibles; y autonomías cada vez mayores lo convierten en una opción de presente con mucho futuro. Además, a partir de 2023, todos los aparcamientos de centros comerciales, supermercados, restaurantes y edificios públicos estarán obligados a tener puntos de carga. Sin duda, un gran impulso para su despegue definitivo porque la opinión general es que “España aún no está preparada y …”
“… y todavía queda mucho por hacer el parque de vehículos por completo”. Por cierto, uno de los más envejecidos de Europa y en el que solo 150.000 de más de 29 millones son eléctricos. “Tiene ventajas, pero a la hora de cargarlo…” .
Por este motivo, también las gasolineras y las áreas de servicio tendrán la obligación de tener puntos de carga rápidos para coches eléctricos además de surtidores para los de combustión. Eso sí, muchas ya avisan y aseguran que probablemente no vayan a poder cumplir con esta exigencia ya que… “no en todos los emplazamientos se dispone de la potencia necesaria para poder instalar un cargador con las exigencias requeridas por la Ley”. Eso y “que no en todas se dispone del espacio suficiente en las condiciones de seguridad necesarias”. Sea como sea, hay que cargar las baterías porque la carrera del coche eléctrico ya ha comenzado y finaliza en 2035.