En el mundo de la energía todo lo que tiene que ver con China y el petróleo preocupa. Si la demanda aumenta el precio sube y si baja… ¡también! Por eso, la incertidumbre crece y más si decide voluntariamente renunciar a un proveedor.
El del petróleo, al igual que el de la electricidad es un mercado muy sensible. Cualquier cambio, aunque se produzca a miles de kilómetros, puede terminar afectando al precio que se paga en el otro extremo del planeta. Más aún si al que afecta es a China. Sin duda, el principal consumidor del mundo. Solo en el 2022 el gigante asiático devoró más de 12 millones de barriles diarios. Sobre todo, si se tiene en cuenta que el consumo mundial durante ese mismo año fue de 101,80 millones al día. Todo un récord del que China con más del 10% del total fue una de las grandes responsables. Por este motivo, siempre que se habla de petróleo y China suelen saltar todas las alarmas ya sea porque compra de más, pero también porque lo haga de menos. Es uno de los indicadores fundamentales del mercado.
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Con @jorpow, Director General próxima energía pic.twitter.com/b00PXGu03w— negocios tv (@negocios_tv) November 23, 2023
En estos momentos. vuelve a hacerlo por otro motivo. La suspensión de las sanciones impuestas por Estados Unidos al petróleo venezolano ha puesto nerviosos a sus principales clientes. Y estas no son otras que las refinerías independientes principalmente chinas. Entre el desconcierto y la desconfianza se encentran y entonces es cuando al mercado vuelve la incertidumbre. ¿Afectará al precio que el resto de los países pagan por la principal materia prima energética? La verdad es que poco o nada se sabe de la cantidad que compra en general ni mucho menos a Venezuela. Más bien solo se intuye. Imposible saber cuánto importaba. Por poco que fuera ahora lo tendrá que comprar de otros lugares. Probablemente a Rusia o a Qatar, pero nunca se sabe… Lo que sí que esta claro es que en ningún caso lo hará a Estados Unidos.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo prevé una demanda china media de 16,41 millones de barriles diarios (bpd) en el primer semestre de 2024, un 3,2% más que en 2023.
Mucho petróleo como para tener que renunciar a un proveedor importante. Sobre todo, porque las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) son todavía mayores. Espera que su demanda media supere los 17,1 millones de bpd durante todo el próximo año y que así el crecimiento del 3,9%. Sin embargo, todo este hecho, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Conexión Villar de Negocios TV, es irrelevante para los mercados. Tanto que en realidad es algo que solo importa a Venezuela y a China. Y más al primero que al segundo.
La economía china se ha recuperado este año y su consumo de petróleo sigue camino de marcar máximos históricos, tras haber estado sometido entre 2020 y 2022 a los estrictos frenos de la Covid-19.
En realidad, los mercados ni se van a enterar porque no tiene una gran importancia si se mira al conjunto global porque ese déficit se reestructura rápidamente. En menos de lo que canta un gallo y eso es, como se suele decir, cero-coma. Literalmente lo hace en menos de 5 minutos para empezar a atender sus necesidades desde cualquier otro lugar del mundo. No faltan vendedores si el precio es bueno. A partid de ahora, el problema lo tendrá Venezuela para colocarlo de nuevo a otros países. Ahí, el que parte con ventaja es justo estados Unidos. Por tanto, esta decisión tiene más que ver con temas geopolíticos que con otra cosa. Cuestión de ubicación de bandos en esta nueva guerra fría que se está viviendo tras la invasión de Ucrania y que tiene a la energía como arma destrucción. Apenas tendrá impacto en la economía.