Discriminación horaria, término fijo y potencia contratada son las claves de la nueva tarifa de la luz que se deben tener en cuenta para no llevarse sorpresas en el recibo a partir del 1 de junio.
Hay cosas a las que no se le presta la suficiente atención y la mayoría de las veces merece la pena. Llega todos los meses a las casas y casi nadie se molesta ni en mirarlo. Si eso, comprobar el importe y listo. Pues más de uno se va a llevar una sorpresa próximamente y no es de las buenas. Malas noticias, seguirá llegando puntual a los buzones y lo hará con novedades. Sobre todo, en el precio y eso ya interesa más a todo el mundo. Vendrá con cambios importantes y promete alterar algunos de los hábitos domésticos más frecuentes. Quien sabe si también el de revisar a fondo las facturas… Atención, porque se va a pagar más o menos dependiendo de las horas a las que se pongan en marcha los electrodomésticos. Las diferencias serán importantes y habrá que elegir muy bien el momento de utilizarlos.
Sin sorpresas, se lleva avisando mucho tiempo. Falta muy poco. Tanto que la tarifa de la luz casi tiene los días contadas. En menos de un mes entrará en vigor una nueva y esa es la principal novedad. Aplicará la llamada (1.) discriminación horaria a todos los consumidores, pero no como se conocía hasta ahora. Algo más complicado. En lugar de tener precios diferentes para el día y la noche, variarán en tres periodos. El más caro, las horas punta, van de 10 de la mañana a las 2 de la tarde y también desde las 6 hasta las 10 de la noche. Por el contrario, las más baratas o valle serán siempre de madrugada. Entre la medianoche y hasta que suene el despertador. Eso de lunes a viernes, porque los fines de semana y festivos también serán siempre económicos. Sí, en todo momento, durante todo el día.
De lunes a viernes de 10 de la mañana a 10 de la noche son las horas prohibidas, las que hay que marcar en rojo en la agenda, salvo las de la siesta. La electricidad costará casi el triple o más.
Hay que acostumbrarse a mirar el reloj y también el calendario. Pues aún quedan unas cuantas horas pendientes y esas serán intermedias. Ni frío ni calor, para los periodos llanos que tendrán también precios intermedios. Eso, por un lado, porque por el otro el (2.) término fijo del recibo va a ser un poco más barato. Buenas noticias, porque precisamente la parte variable depende del uso que haga el consumidor de cada uno de esos periodos horarios. Es decir, ni más ni menos que de las vueltas que dé el contador que no siempre tendrán el mismo precio. Así, la diferencia de coste de poner una lavadora el viernes por la tarde a esperar a el sábado por la mañana para hacerlo será del triple. Tres veces más por hacer lo mismo y solo por esperar al mejor momento.
Siempre que se pueda se debe esperar al fin de semana. Hay más novedades que pueden afectar a los bolsillos. También a los recibos y esta vez para bien. A partir del 1 de junio también se van a poder tener dos (3.) potencias contratadas. Una para el horario más caro y otra para el barato y, además, esta segunda será casi gratis. De ahí la recomendación que Jorge Morales de Labra ha hecho en TeleNoticias de Telemadrid. Cuanta más mejor. Merece la pena contratar casi toda la potencia que pueda soportar la instalación eléctrica durante las horas valle. Apenas se notará en el precio y se podrá concentrar más consumo en los horarios más económicos sin que salten los plomos. Más electrodomésticos conectados al mismo tiempo para ahorrar. Eso sí, hay que solicitarla. Además, también se trata de una cuestión de eficiencia energética.