La clave de la cocina eficiente: tiempo x potencia, más allá de la tecnología o pequeño electrodoméstico que se utilice en su preparación.
Nunca antes los patios de luces y las calles han olido tan bien. Es más, lo hacen que alimentan. Con bares y restaurantes cerrados y otros servicios a domicilio a medio gas, las cocinas en las casas están a pleno rendimiento. Durante el Estado de Alarma se ha dejado de oír aquello de ¡camarero, una de…!, pero los platos se han llenado de comida casera de verdad. De las de lavar, pelar, trocear, picar, cocer, asar, freír, y mucho más. La de antes, la de siempre. Sin embargo, todo es más sencillo que hace tiempo con los llamados robots de cocina. Los últimos en llegar a las cocinas y uno de los que más la simplifican. Todas las tareas en un mismo electrodoméstico y por haberlos los hay que cocinan varios platos a la vez y que hasta hacen la lista de la compra.
Todo un avance de la tecnología, pero cada casa tiene su tradición. Sin querer entrar en el debate de si es mejor gas, vitrocerámica o inducción, que cada uno tiene su receta, hay otro enigma que tiene que ver con cocina y energía que conviene desvelar. Como el de una antigua receta familiar que se transmite de generación en generación. Y es que, a la hora de comprar un pequeño electrodoméstico, ya sea una batidora o el más sofisticado robot, todo el mundo se fija en un número: los vatios de potencia. Algo que, como Jorge Morales de Labra ha demostrado en el programa Madrid Directo de Telemadrid, no quiere decir que consuman más luz.
A mayor potencia el consumo eléctrico no es mayor ya que, además de este factor, influye el tiempo de funcionamiento
De hecho, hay quien piensa que a mayor potencia hay más gasto en electricidad, pero también hay quien cree todo lo contrario. Pues para comprobarlo no hay nada más sencillo que preparar dos batidos de frutas. Sí, leche, plátano, fresas y encender la batidora. Si tiene varias posiciones, una normal y otra turbo, mejor que mejor. ¿Cuál consumirá más energía? La clave de la cocina eficiente, precisamente, está en que el precio de la luz se determina teniendo en cuenta dos factores: potencia x tiempo. Así, en el modo normal la potencia es la mitad que en el modo turbo, pero el tiempo de funcionamiento para preparar la misma bebida es mucho mayor.
Consumen exactamente igual. El resultado es el mismo. Cocinar de forma eficiente, por tanto, no es cuestión de tener un aparato de más o menos potencia. Eso solo significa hacerlo más rápido o despacio. Es indiferente. Lo importante, y eso es por lo que la inducción o el microondas funcionan mejor, es que algunas tecnologías tienen una menor perdida de energía. Aparece una nueva clave a la hora de cocinar. Caliente, caliente. A nadie pasará inadvertido que el horno y la vitrocerámica siguen desprendiendo calor al dejar de funcionar, ¿verdad? Eso es, da igual que los electrodomésticos sean turbo, superturbo, de 1000W o 2000W. Solo es cuestión de tiempo x potencia, vigilar las pérdidas y aprovecharlas para preparar comida casera, pero casera de verdad. Todo hasta que los restaurantes y los bares vuelvan a deleitar con sus deliciosas creaciones gastronómicas.