No hay mensajería más rápida ni comercio online más eficiente, pero cómo llega la electricidad a los enchufes de casa. Fundamental conocerlo para no caer en engaños.
El fascinante viaje de la electricidad hasta todos los enchufes e interruptores. También a los electrodomésticos y hasta a los semáforos. No hay empresa de transportes más eficiente ni rápida. Casi, casi a la velocidad de la luz. El sueño de cualquier comercio online. Incluso, de Amazon. Entregas en tiempo real. Justo en el momento de la compra. Tan sencillo como pulsar un botón y que se encienda la bombilla. No existe sector en el mundo que lo consiga con tanta rapidez ni precisión. Millones de solicitudes a cada instante son respondidas y sin apenas errores. Directamente del productor a casa en un abrir y cerrar de ojos. Auténtica magia, pero lo más fascinante de todo es que apenas nadie se pregunte a dónde van o de dónde vienen los casi 45.000 kilómetros de cables de alta tensión de la red eléctrica española.
Así, al comprar en un comercio, más o menos, uno se puede hacer una idea de dónde vienen los productos. Más o menos, salvo que se haga en Aliexpress. Ahí puede haber algunas sorpresas. Pues con la electricidad, no. Es la misma para todos y siempre con la misma calidad, si se le pudiera llamar así. Por este motivo, para no llevarse a engaños ni disgustos con la factura, tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en A vivir que son dos días de la Cadena SER, es fundamental conocer todos los detalles del fascinante viaje de la electricidad hasta los enchufes. Sí, desde el productor que “cultiva” los electrones hasta el consumidor que los “disfruta” desde el sofá de casa. Y es que hay solo en España más de 15 millones de familias que están pagando más de la cuenta, precisamente, por no conocer cómo funciona. Increíble.
La Red Eléctrica de Alta Tensión en España tiene más de 45.000 kilómetros de longitud y es una de las que tiene mayores niveles de calidad de todo el mundo.
Complicado en teoría, pero en realidad mucho más simple. Solo hay que conocer las figuras que participan en el sector eléctrico. Sencillo, solo son tres. Pues como no podía ser de otra forma, en el primer extremo del cable se encuentra el (1.) productor. Los que generan la electricidad y lo hacen de forma liberalizada. Es decir, en principio cualquiera puede montar una planta siempre que cuente con los permisos adecuados. Sea del tipo que sea, energía más verde o gris dependiendo de la tecnología. Hasta aquí todo bien, pero una vez producida toca “empaquetarla y preparar” el envío. Llega lo más complicado porque hay que repartirla a todas las casas.
Más difícil porque eso sí, el (2.) transporte de energía se hace en dos partes o diferentes niveles. Por un lado, están las grandes autopistas de la electricidad. Los grandes cables de Alta Tensión de Red Eléctrica que atraviesan los paisajes de Norte a Sur y de Este a Oeste. Absolutamente estratégica. Tanto que está gestionada, controlada y también es en parte propietaria la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales). Solo en parte, porque el 80% de la compañía cotiza en bolsa. Eso solo en un primer nivel. Primera parada, ya que el destino de esta gran red suele terminar en una subestación eléctrica y no en los hogares. Aún queda camino.
Ahora toca el reparto puerta a puerta, la auténtica distribución. Sí, los cables capilares que llegan hasta todas las casas, comercios y oficinas. Pues hay que tener en cuenta que estos cables tampoco son propiedad de la compañía de la luz que envía las facturas. Son de las llamadas distribuidoras y solo en España hay más de 300, aunque solo 5 acaparan el 80% del mercado. Además, son compañías un poco curiosas. Trabajan en régimen semipúblico. Son privadas, pero trabajan en monopolios zonales. La razón es muy sencilla, sería impensable que a cada casa llegaran cientos de cables cada uno de una empresa. Casi una locura. Lo más eficiente, solo un distribuidor por zona. Eso sí, aunque no hay competencia a cambio están reguladas. No pueden cobrar lo que quieran por el transporte y la gestión de la infraestructura. Está fijado en el BOE.
Demasiado parecido con el reparto de mercancías. Grandes autopistas y carreteras secundarias para llegar hasta las casas. Esto no cambia nunca. La diferencia es que en la electricidad está regulado. No hay varias ofertas. Eso y que en el mercado eléctrico es cuando aparece (3.) la comercialización. Los que envían la factura a casa. Compran la electricidad a un productor, utilizan los cables de Red Eléctrica y también los de una distribuidora zonal para vender la electricidad a cualquier hogar. Por supuesto, cobran por la gestión al consumidor, pero también pagan la utilización del sistema. Sí, peajes como en las autopistas reales y que también están fijados en el BOE. No hay que llevarse a engaños ni sorpresas. Al pasarse a otra compañía lo único que cambia es el comercializador. La red y el cable será siempre el mismo. Importante saber, por tanto, cómo llega la electricidad a los enchufes.