Quienes estén pensando en comprar un coche eléctrico están un paso más cerca. No solo los números salen, sino que además hay nuevas subvenciones que los hacen más rentables que los de combustión
Sin trampa ni cartón, los números son los que son. No hay que darle muchas vueltas. Lo que hay que hacer es ir directamente a un concesionario y preguntar precios. Eso sí, a ser posible de un mismo modelo que tenga tanto versión de combustión como eléctrico. Las cuentas serán más claras y precisas. Pues, eso es lo que ha hecho Jorge Morales de Labra para Más vale Tarde y no se ha llevado ninguna sorpresa. Lo esperado, el eléctrico sigue siendo más caro. No tanto como hace años, pero casi 13 mil euros de diferencia entre ambos siguen siendo demasiado dinero. Hay buenas noticias porque con los planes MOVES y RENOVE que se acaban de poner en marcha las diferencias se pueden estrechar y mucho. Más de lo que se piensa. Hasta los 6.500 euros si uno se acoge a la subvención correcta y entrega un vehículo antiguo.
El clásico Plan RENOVE ofrece hasta 800 euros por la compra de un vehículo nuevo. La novedad es que multiplica en 2020 hasta por 5 ese importe si se trata de un coche eléctrico.
Aún así, para muchos, es demasiado dinero si solo se tiene en cuenta el coste de adquisición. Eso, en términos absolutos porque si se reparte mes a mes entre los 12 años de vida del vehículo… la cosa cambia bastante. Solo en lo que se refiere a la compra de un modelo de combustión cuesta más de 150 euros mensuales. El eléctrico un poco más, 215, aunque con las subvenciones puede quedar por debajo de los 200. Y es que muchas veces no se es consciente de lo que cuesta tener un coche. Pues a todo esto hay que sumarle el seguro, las revisiones y ¡el combustible! Ahora la cuestión no sería qué tecnología compensa más sino si realmente es necesario tener uno en propiedad. Demasiado dinero, pero todo depende de la utilidad.
Las cuentas no acaban aquí porque la diferencia la va a marcar, precisamente, el uso y la tecnología. A mayor distancia recorrida mayor necesidad de combustible o de electricidad. Pues el fabricante dice que la versión diésel consume 4 litros a los 100 kilómetros. Difícil de creer, pero algún dato hay que tomar como bueno. Así que, con esas cifras, al coste mensual hay que añadirle otros 74 euros por llenar el depósito. Ahora sí, las cuentas empiezan a encajar a la perfección. Cargar el eléctrico en casa todas las noches tan solo aumenta el presupuesto y la factura de la luz en 8 euros al mes con Próxima Energía. Increíble, ¿verdad? Toda la diferencia del precio de adquisición queda de golpe y porrazo más que compensada.
El plan MOVES, por su parte, es específico para coches eléctricos. Ofrece hasta 5.500 euros a los que se suman los 1.000 que aportan los concesionarios a ambos planes.
Ahora sí, con todos los datos y el contexto sobre la mesa, es hora de hacer balance. #SEREléctrico, compensa y mucho. Si se tienen en cuenta todos los gastos desde la adquisición hasta el combustible, el coche de diésel o de gasolina cuesta 315 euros al mes. Casi la tercera parte del salario mínimo y 100 euros más que un coche eléctrico. Los números salen, claro que sí. Y lo mejor de todo es que se mueven en niveles de autonomía de 400 kilómetros en las versiones estándar y hasta de 500 en las mejoradas. No solo las cuentas son positivas, sino que otras de sus barreras también se reducen al mínimo. Pequeños gestos con los que ahorrar y a la vez construir un mundo más sostenible. La energía del sol que llega hasta los vehículos para ayudar a impulsar la economía en tiempos de crisis.