La compensación simplificada de excedentes es más importante en el ámbito doméstico que en el empresarial por una sencilla razón. Las horas de mayor producción coinciden con el horario laboral. Por eso, conviene saber muy bien cómo funciona.
Y lo de la compensación de excedentes en realidad es algo muy sencillo… ¡De verdad! Cuando se tienen paneles solares en el tejado o en el de la casa de enfrente, si se trata de autoconsumo colectivo, lo que ocurre es que la mayor producción energía normalmente tiene lugar justo en el momento en el que no se está en casa. Entonces no se llega a consumir toda la que se produce y sobra. Es decir, genera un excedente. Importante porque de este va a depender en gran medida la rentabilidad de la instalación de autoconsumo. Por este motivo, a la hora de planificar una instalación fotovoltaica no solo es fundamental tener en cuenta aspectos como la orientación, el dimensionamiento o el consumo. También la compañía eléctrica con la que se va a trabajar y, además, en dos vertientes diferentes.

Por un lado, el precio al que cobrará la energía que se consuma en las horas en las que los paneles no estén funcionando, normalmente por la noche, sino también… la cantidad que pagará por los excedentes que se generan a mediodía y las primeras horas de la tarde. Absolutamente esencial en el ámbito doméstico, pero en el industrial o empresarial algo menos porque normalmente ocurre lo contrario. Lo habitual es que las empresas utilicen la electricidad en los momentos de mayor producción del día. Justo en el horario comercial.
La forma de compensar los excedentes depende de cada compañía. Siendo siempre un descuento en la factura de la luz hay varias modalidades y unas son más ambiciosas e interesantes para el consumidor que otras…
Para solucionarlo, ahí es donde aparece la compensación de excedentes. Un sencillo mecanismo que se creó en el año 2019 para facilitar todo el proceso. Permite “venderlos” sin la necesidad de tener que convertirse en un empresario del sector eléctrico con su declaración de impuestos y todo. Más complicada esta fórmula especialmente cuando se trata de pequeñas cantidades de energía. Mucho más sencillo descontar el valor de la esa electricidad producida y no consumida de la factura de la luz. Es decir, que si por la noche se utilizan de la red 8 kWh y por el día sobran 3… Eso sí, siempre teniendo en cuenta que el precio de venta no tiene por qué ser el mismo que el de compra. Sencillo y efectivo. Descuento directo en el recibo de la luz.
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Así, se valora la energía utilizada al precio que corresponda y en el recibo aparecerá una línea negativa por los 3kWh de excedentes también con el valor de la hora a la que se generaron. Más fácil imposible. Por eso, tiene el nombre de compensación simplificada. Restar de la factura, pero luego se puede complicar un poco porque cada compañía lo hace de una forma diferente. Este es el motivo por el que hay que elegirla bien antes incluso de poner los paneles solares sobre el tejado. Ya no es solo cosa de a cuánto se compensan si no hasta dónde.
Hay empresas del sector que solo lo restan de la energía consumida. Otras que, en cambio, permiten llegar hasta la factura 0. Y, por último, la que, como Próxima Energía, permiten llegar hasta la factura 0 gracias a la llamada batería virtual. Así, cuando se tienen muchos excedentes, normalmente en primavera o en verano, se acumulan para el invierno en una especie de hucha digital. De esta forma, en muchos casos es posible no pagar nada por la electricidad durante todo el año, incluso en los meses de menor producción solar.