La noticia de la semana. ¡Adiós a las corbatas! Y, además toca regular los termostatos. Eso sí, hay que tener en cuenta que con los nuevos límites aumentará el porcentaje de insatisfechos. Corbatas, actividad física y temperaturas están muy relacionadas.
27 y 19 son los números de moda. El primero es la cantidad de letras del alfabeto español, pero también el de kilómetros que miden los pasillos del pentágono; los libros del nuevo testamento; los conciertos para piano y orquesta de Mozart; o el número atómico del cobalto, entre otros. Eso, además del prefijo telefónico de Sudáfrica y por casualidad los años que estuvo Mandela en la cárcel. El 19, por su parte, no se queda atrás. Los días (y 500) que Sabina tardó en empezar a olvidar; la carta del tarot que representa al sol; impar; el octavo de los números primos y el símbolo atómico del potasio. Por cierto, un elemento esencial para la vida en la Tierra. Ambos lo tienen todo y están llenos de simbolismos y curiosidades. Además, a partir de ahora, tienen un significado más. Son las nuevas temperaturas obligatorias en edificios públicos.
Calefacción y aire acondicionado, pero no como mucha gente los utiliza sino al revés. 19 para el invierno y 27 en verano. Toca aflojarse la corbata o apretársela dependiendo de la estación y es que hay momentos en los que sobra la americana. Aunque no sea algo que se sepa demasiado no es algo nuevo y hay una fecha que lo confirma: noviembre de 2009. Desde hace más de 10 años en España en todos los espacios públicos como administraciones, centros comerciales, estaciones, aeropuertos, … tienen ya la obligación de mantener la temperatura en un rango ligeramente diferente. Exactamente de 21ºC y 26ºC. Por eso no se entiende demasiado bien la polémica que se ha generado esta semana. Existían unos límites que ahora se han extremado, pero solo un poco. Aun así, solo con ir a un comercio cualquiera se da cuenta que no se estaba cumpliendo.
Si con los límites establecidos en la normativa de 2009 (entre 21ºC y 26ªC) solo 1 de cada 10 personas estaban insatisfechas con la temperatura, ahora al extremarlos un poco más (19ºC y 27ºC) el porcentaje llegará hasta el 30%.
Tan solo se ha modificado una norma que ya existía, pero hay un problema. No se ha dotado de recursos a las Comunidades Autónomas que son las que deben velar por su cumplimiento. Sea como sea, como ha explicado Jorge Morales de Labra en España vuelta y vuelta de RNE, 27ºC es una temperatura razonable, pero 19ºC quizá sea demasiado baja para el invierno. Por supuesto que no es lo mismo una casa que en una oficina que una gran superficie… Sin embargo, que uno pase calor o frío depende de dos factores. Uno es la vestimenta que debe ser adecuada a la época del año y la segunda es la actividad física. Absolutamente esencial y uno de los mejores ejemplos se puede encontrar en los gimnasios. El espacio suele estar acondicionado para quienes en ese momento están realizando ejercicio y no para los que trabajan en la recepción.
Evidente, no hay que tener la misma temperatura si se está en casa tumbado durante la siesta que si se está en un centro comercial dando un paseo. Hay más actividad en el segundo caso que en el primero. Hay estudios que lo confirman. De hecho, cuando se pusieron los límites del año 2009 se crearon unas tablas. Se preguntaba a la gente cómo se sentían sin que supieran la temperatura. Así, se elabora una estadística para calcular el porcentaje de insatisfechos. Siempre los hay y ahí están las batallas del aire acondicionado para demostrarlo. Por eso, lo que se hizo fue establecer la insatisfacción por debajo del 10%. Entre 21ºC y 26ºC solo 1 de cada 10 personas no se encontraban a gusto. Ahora el porcentaje aumentará. Sobre todo, en mujeres y niños donde la cifra puede superar el 30%. Volverán los problemas con los termostatos.