Obligatorio: reducir el consumo el 5% en los momentos de mayor demanda. Una de las de las medidas de ahorro energético que más ha dado que hablar, pero ¿cuáles son las horas punta?
La hora de levantarse, de la siesta, del aperitivo y la de comer; la de hacer los deberes o las 8 que hay que ir a trabajar, … Por si el día no tuviera suficientes cosas marcadas ya en el horario van y llegan unas nuevas: las punta y eso que el día solo tiene 24. No dan para más las jornadas, pero para estas últimas hay que reducir un 5% el consumo de energía. ¿Cuáles son? ¿Cuántas hay? Dependerá en cada caso porque no es la misma para todo el mundo y mucho menos para todos los países de la Unión Europea. Influyen los hábitos, las costumbres y también la cultura. Por ejemplo, todo el mundo sabe que en España se cena mucho más tarde que en otros lugares del continente. Por este motivo la hora punta aquí se desplaza una hora respecto a la de Francia.
Situación que, además, se hace especialmente visible con solo echar un vistazo al intercambio de energía entre ambos países. Hasta hace bien poco desde España se enviaba electricidad a Francia a las 8 de la tarde y al revés cuando las manecillas del reloj marcaban las 9. Todo esto se ha modificado un poco con los problemas de las nucleares francesas y la excepción ibérica, pero refleja a la perfección la realidad: las puntas en ambos países no coinciden. Mucho menos con otros países del Norte de Europa en los que anochece mucho antes. Así, el momento de mayor demanda depende y mucho del país y cada uno tendrá las suyas propia. Eso sí, hay unos límites. Como mínimo tienen que ser del 10% del total de las horas del mes. Por eso en España, lo más probable, es que finalmente sean entre las 18:00 y las 22:00.
Las horas punta no son las mismas en todos los países de Europa. Varían dependiendo de diversos factores. Así, en España se estima que podrían establecerse entre las 6 de la tarde y las 10 de la noche de lunes a viernes.
Siempre de lunes a viernes. Los fines de semana no tendrán horas punta. Ahora bien, una vez definido el marco o el espacio temporal, viene la parte difícil. ¿Cómo se puede hacer y medir el ahorro del 5% de energía… Difícil porque a esa hora lógicamente continuará habiendo servicios, transportes, comercios, uso doméstico… Sin embargo, es algo posible porque lo que casi nadie sabe es que en España hasta hace un poco existía un mecanismo que podría ser de gran ayuda: la subasta de interrumpibilidad. Es decir, se incentivaba y pagaba a los grandes consumidores industriales por dejar de consumir cuando más falta hiciera. En realidad, nunca fue necesario ponerlo en marcha. Ahí estaba la posibilidad. Por tanto, fácil en teoría. Se podría realizar algo parecido, pero incluyendo a los hogares y familias. Todo porque otro de los requisitos que ha puesto la Comisión Europea es que no debe discriminar.
¿Por cuánto dinero estaría una persona dispuesta a dejar de consumir electricidad durante ese periodo? Probablemente muchos consumidores lo estarían si el precio es bueno. Así, solo habría que organizar una subasta entre los interesados que tuviera como ganador el importe más bajo. Complicado de poner en marcha para las familias en ese horario, pero más sencillo para las empresas. En cualquier caso, aún habrá que esperar para ver cómo se aplica con todas las letras pequeñas (y también las grandes). De momento son solo especulaciones.