La vida media de una lavadora suele rondar los 10 años. Eso sí, siempre que se cuide y se utilice de forma adecuada y en eso es fundamental respetar la capacidad de carga recomendada por el fabricante. ¿Cómo calcularla sin equivocarse?
Lo de espera que aún caben un par de calcetines y medias más no funciona. Tampoco el un empujoncito más y listo. Más bien lo contrario. Llenar la lavadora hasta los topes no solo afecta a la calidad del lavado, sino que además es la principal causa de avería. Ni deja bien limpia la ropa ni funciona correctamente. Y ahí es donde empiezan los problemas. Sobre todo, los del eje y el tambor que son las partes que más sufren con la sobrecarga. Pero luego, siempre es culpa de la obsolescencia programada y de que ya no se hacen las cosas como antes. La coartada perfecta porque ya se sabe que lo difícil no era hacer que la bombilla se iluminara, sino que dejara de hacerlo. Que se fundiera. Pues, lo mismo con todos los electrodomésticos, ordenadores, impresoras, coches, móviles y hasta a las medias de nylon.
Pues sí, también hay quien asegura que antes no se rompían nunca. Ni siquiera metiéndolas en la lavadora sin bolsas especiales. Siempre sin carreras ni enganchones. Sí, hasta que en su fabricación retiraron un aditivo que las protegía de la radiación solar. Por cierto, como la lana, los tejidos sintéticos de nylon tienen su propio programa de lavado. Obsolescencia programada o no hay que reconocer que la vida media de los electrodomésticos oscila entre los 12 años del frigorífico y los 10, precisamente, de la lavadora. Por supuesto, hay diferencias entre marcas y modelos. Eso y otros muchos factores a tener en cuenta, pero sobre todo uno: el modo en el que se utilizan. Frecuencia e intensidad de uso, selección adecuada de programas o temperaturas, velocidad del centrifugado y, sobre todo, vigilar la capacidad de carga es fundamental.
La mejor forma de comprobar si se ha superado la capacidad de carga es aplastarla ligeramente con la mano… y si no queda hacia la mitad del tambor es que está más llena de lo recomendado.
Y eso que está perfectamente indicada en la etiqueta de eficiencia energética, en el frontal de la lavadora y, por supuesto, en el manual de instrucciones. Se está tan acostumbrado a utilizar estos aparatos que ya nadie se molesta en leerlas y puede haber sorpresas. Pues, normalmente, las hay desde los 4 kg. hasta los 12 para adaptarse a todas las familias y aquí es donde empiezan los problemas. ¿El peso es con la ropa seca al meterla o mojada al sacarla? También el modo de calcularlo prenda a prenda sin utilizar la báscula de baño. Pues el truco definitivo para llenarla sin sobrecargarla lo ha contado Jorge Morales de Labra en Cuatro al día de Cuatro TV. Una vez introducida en la lavadora hay que aplastarla ligeramente con la mano… Y si no queda a la mitad del tambor es ya va más llena de lo que debe.
Así que si no entra el edredón… es que no cabe. Es mejor no insistir y parar de empujar hasta meterlo a presión. ¿Cuánto se puede llenar la lavadora? En realidad, no es tan sencillo como parece y para muchos esto será algo nuevo. ¡Sorprendente! La capacidad de carga depende también del programa que se utilice. Cada uno tiene el suyo. Así, si se utilizan lavados en frío se reduce a la mitad. De 7 kg. a tan solo 3,5. Algo que solo sabrán quienes hayan prestado atención a las recomendaciones del fabricante. Esas que ya nadie lee, para así poder seguir utilizando la excusa de la obsolescencia programada. Eso sí, para lo que no tienen respuesta ni los manuales es para explicar dónde van las medias y calcetines que desaparecen durante el centrifugado.