Hasta el 31 de diciembre siempre que el precio en el mercado mayorista se mantenga por encima de los 45 euros por MWh se mantendrá la rebaja del IVA, pero ¿debería ser permanente?
El tema de conversación del momento. Ni en los ascensores ni en los mercados se habla apenas del calor o la lluvia. Ahora casi nadie dice eso de, parece que se ha quedado buen día. Tampoco de lo que se ha incrementado el coste de la gasolina o del pan que también tiene lo suyo. Daría para hablar largo y tendido. Ya se sabe, cada vez que alguien dice algo, acaba subiendo. Lo que más interesa ahora es lo cara que está la luz y hasta dónde puede llegar. Nuevo récord histórico de la electricidad y ya faltan dedos en las manos para contar los que ha batido. Baja ligeramente respecto ayer, pero es tan sutil que apenas se nota la diferencia. Menos del 1% para mantenerse por encima de los 105 euros/MWh. El triple de lo que se pagaba el año pasado por estas fechas.
No es ninguna exageración. Tanto es así que ya han comenzado los tirones de orejas. Ha habido casi más que soluciones. Rebaja del IVA, supresión del de generación eléctrica, … y poco más. Tampoco es que haya servido para mucho. No es el momento de maximizar beneficios se ha oído en más de una ocasión en el parlamento y no es para menos. Al final en España se está pagando la luz más cara de Europa. Más que en Holanda, Francia, Alemania y Dinamarca y eso que sus niveles de renta son los que son. Muy superiores. Por eso, el debate y la reflexión desde la política y el sector ha llegado hasta los patios de vecinos. Hay preocupación y todos parecen coincidir en que es necesaria una profunda modificación de los impuestos energéticos.
Por la bajada del IVA de la luz en los 6 últimos meses del año el Estado dejará de ingresar cerca de 2.000 millones de euros, que podrían ser mayor en la medida en que los precios sigan altos.
Ya se ha iniciado el camino, pero es lento. Dentro de poco tendrá lugar una reforma que hará subir los combustibles fósiles (gasolina, diésel, …) y ese es solo el principio. Qué pague más quién más contamine y parece una buena idea hacia un cambio de modelo más limpio y sostenible. Así, todos los impuestos de la energía están siendo objeto de reflexión. Eso sí, siempre hay que tener en cuenta que durante el proceso nadie se quede atrás. Importante porque desde luego hay servicios básicos como la electricidad que en su componente esencial deberían tener siempre el tipo de IVA reducido: cocinar, agua caliente, … En algunos países ya funciona así y les va bien. Además, debería ser una rebaja permanente y no solo temporal como la actual.
La dificultad, como ha contado Jorge Morales de Labra en Buenos días Madrid de Telemadrid, es determinar el límite de lo que se puede considerar esencial. Cocinar por supuesto que sí, pero calentar el jacuzzi o encender la depuradora de la piscina ya no lo es tanto. Tampoco hay que pensar que es la solución definitiva, pero puede aliviar la situación. Solo hay que fijarse en un dato. La rebaja del IVA hasta diciembre va a suponer una caída de la recaudación para Hacienda de más de 2.000 millones de euros. Pues bien, hoy dos meses después de poner en marcha la medida ya se puede decir que el mercado la ha neutralizado por completo. Es decir, el precio de la luz que se pagará de media en los recibos es igual al del pasado 26 de junio cuando se aprobó.
Exactamente lo mismo. Lógicamente si no se hubiera producido la rebaja del IVA sería mucho peor. Más cara todavía y está de récord. De hecho, lo sería un 18% más. La diferencia entre el tipo general y el reducido. Pues, además, a todo eso hay que sumarle el 7% de la supresión del impuesto a la generación eléctrica que también ha sido ya absorbida por los precios de la luz. Demasiado. Este es el motivo por el que siempre hay que tener mucho cuidado con las reducciones fiscales. Menos recaudación es también menos dinero para otras cosas importantes como sanidad, educación, infraestructuras… Y no puede ser que el esfuerzo luego se compense en unas semanas. El problema sería aún mayor y por eso es necesaria una reforma más profunda del sistema. Lo que sea necesario para que deje de ser el tema de conversación del momento.