Si descarbonizar es dejar de emitir CO2 a la atmósfera y electrificar que funcionen con electricidad por qué se utilizan como sinónimos. La respuesta está en las renovables en un sentido amplio y no solo referido a la solar y a la eólica.
El mundo avanza a pasos agigantados. Hace 30 años parecía imposible mandar una carta o notificación sin pasar antes por correos y comprar sellos o llamar a una empresa de mensajería. Urgente como máximo quería decir al día siguiente y ahora con el correo electrónico es solo cuestión de segundos. Lo mismo sucede con todo tipo de gestiones, desde pagar impuestos a transacciones bancarias desde cualquier lugar del planeta con solo pulsar un botón en el móvil. Increíble, pero cierto. Ya ha pasado antes y todas estas innovaciones seguirán suponiendo una mejora importante en la calidad de vida de las personas. Hoy la gran mayoría ya imagina un mundo libre de emisiones de CO2. Uno en el que todo está completamente electrificado y en el que todas las personas viajen en bicicletas, coches, trenes, aviones e incluso barcos eléctricos. Interesante, pero complicado de conseguir solo con enchufes.

Así, un reciente estudio de Gas for Climate asegura que la forma más eficiente de descarbonizar la sociedad consiste en combinar electricidad con gases renovables como el hidrógeno verde o el biometano.
El lugar donde las ciudades enteras funcionan con paneles solares y toda la infraestructura eléctrica depende de redes inteligentes y grandes baterías. Y todo, antes del año 2050. Sin embargo, la realidad es otra, porque al final siempre se confunden los términos. Lo normal es hablar indistintamente de energía y electricidad cuando en realidad son cosas muy distintas. No son lo mismo ni mucho menos. En el ámbito del consumo energético mundial la luz, como se le conoce comúnmente, solo supone el 20% del total de la demanda. Gran parte del resto se lo llevan el transporte y la climatización en las que, por cierto, la penetración de renovables es muy baja. Todo lo contrario que con la energía eléctrica donde ya en España llega al 50% y más que lo seguirá haciendo en los próximos años. Sigue aumentando a muy buen ritmo.
Así, como el objetivo de la descarbonización es que haya cada vez más renovables en el sistema energético, viendo lo rápido que se están implantando en la electricidad, es tentador apostar por estas fuentes…

El camino más rápido, pero no tiene por qué ser el más sencillo. Con más coches eléctricos, más climatización renovable con aerotermia… De este modo, existe una vía para la descarbonización que es la masiva electrificación del sistema energético, pero efectivamente no es la única. También se pueden utilizar otras fuentes de energía renovable en otros sectores como el del transporte. Sin ir más lejos, los aviones se pueden mover con hidrógeno que es un combustible totalmente limpio y descarbonizado. No hace falta que sean eléctricos. Además, sería muy complejo para largas distancias por el peso de las baterías necesarias. Por tanto, no deberían usarse ambas palabras como sinónimos, pero también es cierto que se conseguirá el objetivo de cero emisiones en la sociedad más rápidamente si se consigue electrificar cada vez más un mayor número de necesidades.