Lo de los tramos horarios no es lo único que ha cambiado con la reforma tarifaria. También lo han hecho las facturas y estas son las 7 (o más) diferencias que se podrán encontrar en el nuevo recibo de la luz.
El pasatiempo favorito de los que no les gustan las palabras cruzadas, las sopas de letras, los crucigramas ni mucho menos los autodefinidos. Hay muchos más… silábicos, mellizos, trillizos, blancos y los temidos anagramáticos. Sin embargo, la gran mayoría definiría la factura eléctrica más bien como un auténtico sudoku. Hay que reconocerlo, tiene su dificultad, pero una vez que se le coge el truco salen como churros. Lo de las 7 diferencias es mucho más sencillo al menos a simple vista. Dos figuras idénticas, aparentemente iguales, en los que los detalles marcan, nunca mejor dicho, la diferencia. Pues con el nuevo recibo de la luz pasa exactamente lo mismo y ahora que se han recibido dos diferentes en el mismo mes es el mejor momento para comprarlos.
El recibo de la luz de junio lo tiene todo. El más caro de la historia y el primero desde la aplicación de la nueva tarifa de la luz. También el más complicado y, por si fuera poco, han llegado dos.
Empezando por lo más básico que hay que mirar: la tarifa contratada. Lo más importante porque hay mucha gente que paga un 30% de más con tarifas a precio fijo y ni siquiera lo saben. Por eso es fundamental mirar muy bien el tipo de contrato que se tiene. Lo habitual si se tiene una tarifa variable es que en este apartado figure escrito PVPC. Las siglas de Precio Voluntario del Pequeño Consumidor son la clave del ahorro. Esto son buenas noticias y lo que significa es que se tiene la oficial. La que fija el Gobierno y año tras año se demuestra que es la más barata del mercado. Pues incluso aquí hay diferencias entre la factura de mayo y la de junio. En la última figura un texto añadido. Al PVPC a secas se le suma esta aclaración: con discriminación en tres periodos.
No debe ser una sorpresa. Ya se sabía y lo llevan anunciando desde hace meses. Lo de poner la lavadora en el periodo valle que es más barato y que tanto ha dado que hablar con lo de planchar de madrugada. Diferencia importante y relacionada con la segunda: la potencia contratada. Eso que hace que si uno se pasa le salten los plomos. Ahí también hay algo que llama muchísimo la atención. Antes solo había una y ahora aparecen dos. Lo normal si no se ha hecho nada es que el valor para los distintos tramos horarios sea el mismo. Eso si no se ha solicitado aún el cambio que, por cierto, es gratuito. Ahora se puede tener más potencia para aprovechar mejor la ventaja de precio de las horas baratas sin necesidad de modificar la de las caras.
Hasta aquí todo bien. Sencillo, pero ahora es cuando empieza lo bueno. El más difícil todavía se lo han reservado para la segunda página de la factura. Sí, por no asustar ya en la primera y es el detalle de todo lo que se incluye en el importe final. Pues si con la antigua ya eran muchas las personas que se echaban a temblar, con la nueva sencillamente van a alucinar. Lo mismo, pero multiplicado por 4 o elevado al cubo. Sí, a la tercera potencia, pero mejor ir por partes. Primero con la fija que es, precisamente la facturación de la potencia contratada. Lo que se paga sí o sí con independencia del consumo. Ahí aparece reflejada y la verdad es que se ha complicado más de la cuenta. No, no lo han puesto nada fácil.
Tarifa, potencias contratadas, periodos horarios, división entre peajes y cargos… El nuevo recibo de la luz es mucho más complicado, pero más vale que sea así y barato que sencillo y caro.
Si antes se resumía en una sola línea, ahora hay cuatro. Una para cada una de las dos potencias que se tienen contradas. Da igual que no se haya cambiado y sea la misma. No acaba ahí la cosa… Por si no fuera suficiente con todos los cambios introducidos han querido incluir otro más. Dividir los peajes en dos partes. Por un lado, los peajes de acceso propiamente dichos y por el otro el resto de cargos asociados. No se detallan cuales, pero ahí esta. La conclusión es que ahora hay que sacar la calculadora para saber lo que se está pagando. Antes era mucho más sencillo. 38 euros por kW al año y listo. Ahora hay que sumarlo. La buena noticia es que el resultado de la cuenta será un 15% más barato que es lo que se ha bajado la parte fija.
Pues si todo esto ya es complicado… aún hay más. Queda la parte variable, la que depende de las vueltas que dé el contador. En las facturas previas al cambio de tarifa era relativamente sencillo. Todo cabía en tan solo dos líneas del recibo porque incluía peaje y energía. En las nuevas se han convertido en ¡9! Casi una decena de términos diferentes. Ahora si que va a ser más necesaria que nunca la calculadora. Tres periodos horarios (llano, valle y punta) y además lo de la subdivisión de antes de peajes y cargos. Se desdobla en dos y se multiplica por tres y, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Cuatro al día de Cuatro TV, aún así las cuentas salen… Máxima complejidad, pero si se encuentran las 7 diferencias se notará que más vale factura difícil y barata que simple y cara.