Tolerancia al riesgo, necesidades de planificación económica, condiciones del mercado, conciencia ecológica y flexibilidad en el consumo… Muchos son los factores a tener en cuenta a la hora de contratar la luz, pero lo fundamental es saber las diferencias entre tarifas variables y fijas.
Con las tarifas de la luz pasa un poco como las hipotecas. Difícil elegir porque cada una tiene una serie de ventajas y de inconvenientes. Por un lado, están las tarifas variables que no aseguran un precio, pero que éste a la larga suele ser mucho más bajo. Tienen algo más de riesgo. Por eso, para los que no les van tanto las emociones fuertes están las fijas. Eso sí, esa mayor tranquilidad tiene un precio. Normalmente mucho más caro y al final hace que no compensen. Y en último lugar, están las híbridas que combinan en un solo producto lo mejor y a la vez de cada una de las anteriores. No son lo mismo y cada una proporciona unas cosas. Eso sí, si de lo que se habla es de la factura de la luz… ¡todo el mundo lo tiene claro (o no tanto)!
Entonces, ¿en qué se diferencian las variables de las fijas?
- Mayor precio vs. Ahorro: Las tarifas variables permiten ahorrar en los periodos en los que la electricidad es más barata para compensar el consumo de las más caras mientras que con las fijas no hay opción de ahorro, siempre se paga igual.
- Flexibilidad vs. Estabilidad: Mientras que las tarifas variables ofrecen flexibilidad, las tarifas fijas brindan estabilidad y certeza, pero suele tener un coste más alto.
- Conciencia del consumo vs. Comodidad: Las tarifas variables fomentan una mayor conciencia del consumo, mientras que las fijas ofrecen comodidad y previsibilidad.
- Menor riesgo vs. Mayores beneficios: Las variables conllevan un pequeño riesgo de aumentos bruscos, poco frecuentes, mientras que las tarifas fijas protegen contra las fluctuaciones del mercado, tampoco permiten beneficiarse de las bajadas de precios.
Factores que determinan la elección de una tarifa fija o variable
Si uno no se fija exclusivamente en el precio, la elección entre tarifas eléctricas variables y a precio fijo, dependerá de las preferencias personales, tolerancia al riesgo y la capacidad de adaptación a la variabilidad del mercado. Por eso, conviene considerar cuidadosamente estas diferencias para tomar la decisión más acertada en función de las necesidades y objetivos. Aquí están algunos de los factores clave que pueden influir en la decisión:
Tolerancia al riesgo:
- Tarifa Fija: Ideal para aquellos que prefieren la estabilidad y no quieren asumir el riesgo de fluctuaciones en los precios del mercado. Es una opción para aquellos con presupuestos fijos y que buscan previsibilidad en sus gastos.
- Tarifa Variable: Adecuada para personas dispuestas a asumir cierto riesgo financiero en busca de buenos ahorros. Podrían beneficiarse aquellos que pueden adaptarse a cambios en los precios y ajustar su consumo según las tarifas del mercado.
Necesidades de planificación a largo plazo:
- Tarifa Fija: Perfecta para todas las personas que buscan estabilidad a largo plazo y desean evitar sorpresas en sus facturas mensuales. Es una opción común para empresas que necesitan una previsión clara de los costos.
- Tarifa Variable: Más flexible y adecuada para los que pueden ajustar su consumo según las variaciones en las tarifas, especialmente para usuarios domésticos. También la preferida de quienes tienen necesidades de energía que varían a lo largo del tiempo.
Condiciones del mercado energético:
- Tarifa Fija: Puede ser más atractiva en momentos de incertidumbre en el mercado o cuando se prevé un aumento en los precios de la electricidad.
- Tarifa Variable: Beneficioso en mercados donde hay fluctuaciones significativas y oportunidades de ahorro durante períodos de baja demanda.
Conciencia y flexibilidad en el consumo:
- Tarifa Fija: Lo que necesitan aquellos que prefieren un enfoque más estable y no quieren ajustar constantemente su consumo según las variaciones en las tarifas.
- Tarifa Variable: Puede ser más adecuada para personas conscientes del consumo, dispuestas a adaptar sus hábitos de uso de energía para aprovechar las tarifas más bajas.
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