Estrés, depresión, aflicción, sentimiento de pérdida, tensión en las relaciones sociales o desórdenes postraumáticos son algunas de las consecuencias de la preocupación por el cambio climático y el medioambiente y también lo que se ha dado en llamar ecoansiedad.
Más fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, y de frío con nevadas que nunca se habían visto antes, incendios, ciclones y tifones, inundaciones, terremotos, maremotos…; aumento de las emisiones de CO2, de la contaminación y de su impacto en la salud; el consumo de plástico y su acumulación en los océanos, la pérdida de biodiversidad; el estrés hídrico y la escasez de agua; la sobreexplotación de recursos naturales y la deforestación; la subida del nivel del mar… Asusta de solo pensarlo. Nadie duda ya, o pocos, de los efectos del cambio climático. Cada vez sucede con más frecuencia y solo hay que encender el televisor para ver las noticias. Sin embargo, no acaba ahí la cosa. Va más allá porque luego de ahí vienen otras muchas consecuencias y algunas todavía son impredecibles.

La American Psychology Association (APA) describe la ecoansiedad como el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones.
Desplazamientos y migraciones forzadas de la población; la injusticia climática; los conflictos por los recursos, y recientemente se han producido algunos; la inseguridad alimentaria; el colapso de los ecosistemas; la dependencia de los combustibles fósiles y… ¡la responsabilidad personal! Y eso ya tiene efectos en la salud física con aumento de enfermedades respiratorias, alergias, cambios en la actividad metabólica y en los ciclos del sueño, entre otras, pero también en la mental. Normal que también genere estrés, depresión, aflicción, sentimiento de pérdida, tensión en las relaciones sociales o desórdenes postraumáticos. No es ninguna broma. Esto es lo que se ha dado en llamar ecoansiedad y la sufren millones de personas en todo el mundo. No importa si se tiene 7 o 70 años… cada vez hay una mayor preocupación por cómo será la vida dentro de, por ejemplo, medio siglo.

Preocupa el escenario que se puedan encontrar con el cambio climático. Las teorías varían según la persona. Hay un poco de todo, pero ya hay quien hace planes para ir a la playa en Madrid o submarinismo en Cuenca. También se piensa mucho en la alimentación. Es decir, que se pueda seguir comiendo lo mismo y para eso es necesario que siga habiendo cuatro estaciones. Que las de Vivaldi no sean solo un recuerdo porque solo haya invierno y verano. Sea como sea, todos son, más o menos conscientes del impacto en el medioambiente y pensar en sus consecuencias genera cierta ansiedad. Casi que se convierte en una angustia vital de la que es difícil escapar. La ONU alerta, si se sigue a este ritmo, en 70 años muchas ciudades habrán desaparecido por el aumento del nivel del mar y unos 46 millones de personas tendrán que migrar.
Diferentes estudios concluyen que los jóvenes son los más preocupados por el futuro del planeta. Más del 80% reconoce haber sufrido incluso ansiedad por la emergencia climática. Existe una brecha generacional…

También gran pesimismo. Por todos estos motivos, la mayoría no cree que vaya a llegar a verlo y piensan que todavía hay mucho por hacer. Está en nuestras manos. Una preocupación distinta es la que tienen los padres y abuelos de todos estos jóvenes. A ellos les gustaría dejar el mundo mejor de lo que lo encontraron, pero, visto lo visto, temen lo peor. Catastróficas consecuencias en forma de olas de calor, lluvias torrenciales y otros fenómenos. Temen que las generaciones futuras no puedan tener calidad de vida de la que han disfrutado ellos. Da un poco de miedo que ya no se pueda vivir en el plantea y… Está claro, tanta preocupación puede llegar a producir ecoansiedad. Por eso, intentan ponerle remedio, aunque solo sea con pequeños gestos como reducir el consumo de plástico, reciclar más o pasándose a la electromovidad. Todas las acciones suman.