¿Por qué la medida o sanción estrella para restringir las transferencias bancarias rusas a través de la vía habitual excluye al sector energético? El código SWIFT y el gas de Rusia…
SWIFT, BIC, … Nunca antes una serie alfanumérica de entre 8 y 11 caracteres había dado tanto que hablar. Gran desconocido hasta el momento y, sin embargo, ha estado ahí impreso en todos los extractos bancarios desde hace tiempo. También en los de los recibos de la luz y del gas. Ahora de máxima actualidad porque a medida que va avanzando el conflicto entre Rusia y Ucrania la vertiente económica cada vez va adquiriendo una dimensión mayor. Por eso, Washington y Bruselas están actuando de forma coordinada y parte de la clave está, precisamente, en este acrónimo. El que permite desconectar del sistema internacional de transferencias a los bancos rusos que sostienen la economía del país. Medida extraordinaria e inédita que puede dificultar y mucho la realización de cualquier transacción internacional.
El código SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) o BIC (Bank Identifier Code) es una serie alfanumérica de entre 8 y 11 caracteres que identifica al banco beneficiario de una transferencia.
Consecuencias económicas que ya se empiezan a sentir en España. A más de 3.000 kilómetros de distancia no se teme por la falta de suministro de materias primas energéticas, pero si por el precio. Empezando por no poder pagar las facturas de la luz y del gas. Ahí, está la clave. Uno de los principales gaseoductos que lo trae hasta Europa desde Rusia atraviesa Ucrania. Polémico y conflictivo desde hace años. Este último país cobra un peaje y el primero quiere ahorrárselo para tener un control total sobre la distribución. Por eso, llevan años buscando alternativas. Primero llegó el Nord Stream 1 por el Báltico y justo ahora se acaba de terminar de construir su desdoblamiento. Por cierto, bloqueada su puesta en funcionamiento como sanción al igual que la exclusión del SWIFT.
La utilización del SWIFT en transferencias bancarias no solo reduce el tiempo en las operaciones, sino que además proporciona información y, sobre todo, seguridad en todas las transacciones.
Aún con todo, el gas sigue fluyendo hacia Europa. Eso sí, en seis días de conflicto los criterios están cambiando. Curioso, porque otro de los gaseoductos, el que pasa por Bielorrusia empieza a traer gas de nuevo. Hacía tiempo que no lo hacía. De momento no es una gran cantidad, pero la situación dice mucho. Da la idea, como ha explicado Jorge Morales de Labra en La hora de La1, de que no solo Europa depende del gas ruso. También de que Rusia necesita aún más poder venderlo al viejo continente. Tanto es así que solo hay que fijarse en las sanciones para darse cuenta. Incluso, en la que afecta al SWIFT. La medida estrella para restringir las transferencias bancarias a través de la vía habitual excluye al sector energético. Es decir, que gas y petróleo se pueden seguir comprando y vendiendo con total normalidad.