Y el Oscar al electrodoméstico que más gasta de toda la casa, el que más hace subir más el recibo de la luz es para… ¡el frigorífico! Responsable del 25% de factura, unos 15 euros al mes de media, solo por tenerlo encendido.
Tal es su consumo eléctrico que comparado con otros electrodomésticos de uso cotidiano como, por ejemplo, el microondas es ya de auténtica locura. Porque el coste por calentar la comida no llega ni siquiera al euro mensual. Solo unos céntimos porque tiene mucha más potencia, pero la diferencia es que se usa muy poco tiempo. Mientras, el frigorífico está siempre encendido. Por este motivo, Jorge Morales de Labra ha contado 10 consejos de utilización en el programa Madrid Directo de Telemadrid para tratar de recudir o, más bien, optimizar su consumo.
Unos 200 euros anuales solo por tenerlo encendido que pueden llegar a los 300 si se tiene un frigorífico antiguo de clase F
Empezando por el momento de su adquisición. (1) Fijarse bien en la etiqueta de clasificación energética. Los más antiguos de hace más de 15 años son de clase F y consumen del orden de 100 euros más al año que uno de clase A+. Quizá sea el momento de renovarlo porque la inversión de adquirir uno mas eficiente estaría amortizada en muchos menos años que la vida útil del electrodoméstico. Luego, entre los más eficientes, los que van de A+ a A+++ el ahorro no es tan grande. Solo 10 euros al año por subir cada escalón.
A la hora de comprarlo, ahora que están de moda las neveras americanas, siempre surge la duda de saber (2) cuál es el modelo más eficiente: sin duda, el llamado combi con su congelador abajo y nevera arriba. Un modelo americano tiene el orden de un 50% más de capacidad y, por tanto, consume un 50% más. Lo que no deben hacer nunca las familias numerosas es tener dos combis, uno de moderno y otro de los antiguos de clase F porque el recibo de la luz volverá a dispararse. Tampoco hay que preocuparse si se trata de un (3) modelo panelable o no porque no debería afectar al consumo energético si se respetan las distancias de instalación.
Y es que la (4) colocación del frigorífico puede ser fundamental en su rendimiento. Nunca pegado hasta el fondo de la pared. Debe haber al menos 6 centímetros de separación para que el aire caliente que desprende pueda circular y otros 6 centímetros de separación en la parte superior. Aumenta su eficiencia y gasta menos energía. Además, hay que tener en cuenta, por muy obvio que parezca, que las zonas más calientes de la cocina no deben estar al lado de la zona más fría. Así que el frigorífico debe (5) alejarse de fuegos, hornos y radiadores.
El frigorífico se abre y se cierra de media unas 10 veces diarias. Cuantas más veces se abra mayor gasto, ¡hasta un 20% más!
Por este motivo, una vez instalado y en funcionamiento, (6) se debe abrir y cerrar la puerta, el menor número de veces y también durante el mínimo tiempo posible. La factura lo agradecerá hasta en un 20% si se bebe o se elige el menú bajo la luz de su bombilla. Pero lo que si se puede hacer es (7) aprovechar el frío de los alimentos mientras se descongelan haciéndolo dentro del frigorífico y no en la encimera. Y, por supuesto, evitando hacer lo contrario, es decir, meter las comidas calientes directamente sin que se hayan enfriado previamente.
Pequeños trucos que ayudan a disminuir su consumo y en el que también es fundamental aprender a (8) colocar bien las cosas. La parte más fría del frigorífico es siempre la parte más baja porque el aire frio tiene más peso y siempre está en esa zona. Tampoco hay que olvidar que (9) cuánto más lleno esté de alimentos más tiene que trabajar para mantenerlos fríos y, por tanto, gastará más energía. Lo que no afecta al consumo es la posible escarcha que se forme en el congelador siempre que no se toque el termostato.
Cada grado de menos en el termostato puede suponer hasta un 5% más en la factura
Lo que lleva directamente a la pregunta del millón y clave para que no se disparé el recibo de la luz: (10) la temperatura correcta. Lo ideal es no cambiarla en todo el año y que sea de 6º en la parte superior y de -18º en la parte inferior. Cada grado de menos, sobre todo en la zona de refrigeración, puede suponer hasta un 5% más en la factura y seguir haciendo que el año que viene vuelva a ganar el Oscar al electrodoméstico que más gasta de toda la casa.