No hay nada más complicado que tramitar una instalación de autoconsumo colectivo. Tanto es así que muchas son las empresas del sector que ya han renunciado a realizar este tipo de proyectos por el infinito bucle administrativo fotovoltaico.
¡Vuelva usted mañana! Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza, que decía Unamuno… pero con la activación de los paneles solares pasa un poco más de lo mismo. No hace falta recordar la odisea del amigo extranjero del escritor y periodista ni tampoco es que sea solo cosa del s. XIX. Hoy, casi siglo y medio después, sigue estando ahí el infinito bucle administrativo. Uno de los casos más extremos es el fotovoltaico. Muchas son las comunidades de vecinos que quieren dar el paso hacia el autoconsumo, pero se ven envueltos en una serie de dificultades casi infinitas. Parecen no tener fin. Instalaciones ya terminadas desde hace meses derritiéndose literalmente en los tejados por un pequeño detalle. No hay contadores ni las distribuidoras parecen tener intención de conectarlo. Así de sencillo.
La Alianza por el autoconsumo es una asociación de todo tipo de organizaciones, tanto sociales como medioambientales, comunidades, empresas del sector… con un objetivo común: hacer más fácil la implantación del autoconsumo.
Incluso, a veces da la sensación de que hay una especie de veto a este tipo de comunidades de autoconsumo. No es algo nuevo, aunque con el boom fotovoltaico del último año se multiplican el número de casos. De hecho, como ha recordado Jorge Morales en Julia en la Onda de Onda Cero, la Alianza por el Autoconsumo ya ha denunciado la situación en repetidas ocasiones. La última hace apenas un mes y todo sigue como estaba… ¡vuelva usted mañana!
Todo para evitar que sea una oportunidad perdida. Es decir, ahora mismo en España, desde que se abolió el impuesto al sol, ponerse paneles solares en casa para una vivienda unifamiliar es relativamente sencillo. No hay demasiadas trabas administrativas y complicaciones burocráticas si se hacen todos los trámites en plazo y forma. Sin embargo, cuando se quiere dar el salto a instalaciones colectivas la cosa cambia de forma radical.
En el caso de las instalaciones de autoconsumo colectivo las dificultades continúan a pesar de que desde el año 2018, con la abolición del impuesto al sol, la legislación para ponerlas en marcha es mucho más favorable.
Incluso, aunque solo sea para dar suministro a los servicios comunitarios. Si se habla de eso que se ha dado en llamar comunidades energéticas puede ser incluso peor. Por cierto, no es un invento español como muchos piensan. El nombre le viene de la legislación europea. Sea como sea, aquí es donde se encuentran los graves problemas que se vienen denunciando y tienen que ver directamente con la figura del distribuidor. Es decir, con la empresa propietaria de la red eléctrica y de los contadores. La responsable de instalarlos y ponerlos en funcionamiento, entre otras cosas. Pasa mucho más de lo que se piensa. Este tipo de casos no son una excepción sino todo lo contrario. Por desgracia, son la norma general. Realmente difícil. Conseguir tramitarlas puede causar auténticos dolores de cabeza. Las individuales son mucho más sencillas.
La solución tampoco es fácil. Depende fundamentalmente del partido político que gobierne en España durante los próximos 4 años. Nadie cree que vaya a haber más impuestos al sol, pero en cualquier caso para que esto mejore hay que cambiar la normativa. Durante muchos años se tuvo la legislación más restrictiva del mundo para instalar paneles solares. Había infinidad de chistes y memes en internet sobre el tema. El problema era otro porque en realidad nunca llegó a aplicarse al menos en el ámbito doméstico. Solo en el industrial con enormes perjuicios para las empresas. La mayor dificultad venía de la enorme complejidad para tramitarlos y conectarlos a la red. Lo que en el sector se vino a llamar la fiesta de los contadores que hoy continúa con las comunidades energéticas. Así que no queda otra… ¡Vuelva usted mañana!