Todo ayuda. Reducir el consumo, reutilizar todo lo que sea posible, reciclar siempre que se pueda, aumentar la eficiencia y ahorro energético, pero… el mejor remedio contra la ecoansiedad es también saber cómo avanzan las renovables.
El cambio climático tiene consecuencias en el medioambiente y también en la salud. El ser parte del problema y no hacer suficiente para remediarlo, además, genera tal estrés que ya se le ha dado nombre propio. Para combatir la ecoansiedad se puede hacer de todo. Desde meditación y mindfulness hasta realizar acciones personales sostenibles. Cada gesto cuenta, cada botella reciclada, cada bolsa de plástico ahorrada o cada vez que se eligen bienes y alimentos locales. Por supuesto, también se pueden tomar medidas de eficiencia y ahorro energético como paneles solares, coche eléctrico o climatización renovable u otras más sencillas como cambiar las bombillas por LED o comprar electrodomésticos más eficientes. Todo puede ser de gran ayuda para tratar de dejar el planeta mejor de cómo se encontró.
A todos los que sufren ecoansiedad también les vendrá muy bien saber lo que se está avanzando en renovables. El paisaje en España está cambiando mucho. En las ciudades con los paneles de autoconsumo, que cada vez son más frecuentes, y, por supuesto, en las rurales. Donde antes se veían las torres de los campanarios ahora aparecen aerogeneradores y desde lo alto, en lugar de eriales y tierras sin utilidad agrícola precisamente, instalaciones fotovoltaicas. No es de extrañar por tanto que en muchas aldeas ya haya más placas solares que cigüeñas y, en muchas ocasiones, que personas. Además, también lo dicen los datos y se puede observar en lo gráficos.
Contra la ansiedad, lo mejor es la tranquilidad. El avance de las renovables en la generación eléctrica es ya imparable. En muy pocos años han ido adquiriendo cada vez más relevancia y han pasado de ser muy minoritarias en 2007 a codearse con las fuentes más contaminantes en la actualidad. Tal es el ritmo de implantación y de instalación que se espera que en no tanto tiempo lleguen a ser las predominantes. Eso sí, siempre que antes se consigan superar algunos retos. De cara a 2030 el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima establece objetivos de lo más ambiciosos. Para empezar, pretende alcanzar el 80% de la producción de electricidad renovable.
Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 define los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de penetración de energías renovables y de eficiencia energética durante ese periodo de tiempo.
España se renueva en renovables. Sí, como suena, porque aún hay muchos más datos y cifras que invitan al optimismo. Sobre todo, porque de entre todas estas fuentes de energía hay una que destaca sobre las demás. De hecho, se espera que la solar fotovoltaica dé una explosión de más del 300% en estos años que vienen. España es líder en instalación de potencia solar en Europa y, casi también, en todo el mundo. Todavía no es el momento de celebrar porque, sin embargo, todavía está por detrás de las cifras de generación de Italia o Alemania. Queda por delante, según los expertos, una gran revolución que, como no podría ser de otra forma, no vendrá sin polémica.
Todo porque en esto de la ecoansiedad importa el fin, pero también los medios. De hecho, ya lo está haciendo con debate incluido sobre los macro parques fotovoltaicos y eólicos. El efecto nimby, como bien dicen los británicos. Not in my backyard. Algo que se podría traducir al español como no en mi patio trasero y que viene a confirmar que sí que se quieren renovables, pero en realidad no demasiado cerca. Muy importante y uno de los principales a los que se están enfrentando últimamente las fuentes limpias de energía. Por tanto, entonces habrá que gestionar el cómo, el dónde y de qué manera… en un país que al menos ya está de acuerdo en qué es el futuro. Más tranquilidad.