El gas licuado que se recibe en España a través de las estaciones regasificadoras no llegará a Alemania. Seguirá atascado en los Pirineos. Estas son algunas de las razones de Francia para decir no al Midcat.
“En estos momentos las plantas regasificadoras y las infraestructuras existentes que lo traen desde España están infrautilizadas… No es la solución al problema que se está abordando… Y no sé por qué deberíamos saltar como cabras pirenaicas por ese gaseoducto”. Emmanuel Macron.
De este modo, Macron ha cerrado la puerta al Midcat de un portazo contundente. La infraestructura que quieren España y Alemania para llevar el gas al Norte de Europa y que como tiene que pasar por Francia… al final ha quedado en nada. Inacabada como ya lleva un tiempo. Las razones son sencillas. Ya existen entre ambos países otros gaseoductos que nunca han sido usados al 100% de su capacidad. Eso sí, aquí le recuerdan que la decisión no debe ser solo suya.
“Este será un debate que no se puede cerrar exclusivamente por el pronunciamiento de uno solo de los países implicados. El presidente de la República de Francia intervino solo para su propia opinión pública, la francesa”. Teresa Ribera.
Hay más, porque esta misma mañana la Comisión Europea se ha desentendido por completo del proyecto. En mayo la consideraban una infraestructura esencial, pero ahora se lavan las manos. Sin embargo, desde España se considera que la decisión de finalizar la obra no es solo decisión de Francia sino del conjunto de toda la UE ya que son varios los países que podrían beneficiarse. Sea como sea, las opiniones han cambiado y, por si hay alguna duda, desde Europa se señala que el Midcat no está en la lista de proyectos de interés común. Algo que como ha señalado Jorge Morales de Labra en En boca de todos de Cuatro TV, tiene toda la lógica. Más que nada porque no parece que vaya a solucionar el problema del gas de Rusia.
Durante el año pasado, y hasta el comienzo de la invasión de Ucrania, suministraba el 40% de todo el gas que se consume en Europa. Casi la mitad. Cantidad muy importante porque el Midcat de terminar de construirse tan solo podría suplir el 2% del total de la Unión Europea. 20 veces menos. Es decir, para llegar a aportar lo mismo serían necesarias dos decenas de infraestructuras similares. Por eso, no hay que pensar que Europa vaya a sustituir el gas de Rusia por el de España. No se trata de eso. Más que nada porque aquí no hay materia prima y esto lleva a la segunda razón. El nordstream que cruza el Báltico y se ha cortado recientemente conecta los yacimientos que hay en Rusia con uno de los mayores consumidores del continente: Alemania.
Por el contrario, en el caso del Midcat no sería así. Ahora mismo no hay de donde sacarlo a no ser que se utilice el que llega licuado a los puertos españoles en barco. Es la única forma de hacerlo porque Argelia no está en condiciones de aumentar el suministro. Ahí es donde Francia tiene bastante razón. Ya hay dos gaseoductos y no se están utilizando a su máxima capacidad ni mucho menos. Todo porque las compañías que lo compran prefieren hacerlo de forma directa a los barcos que llegan a Francia. Lógico y normal. Al otro lado de los Pirineos también tienen regasificadoras y no tiene sentido duplicar los costes. Por un lado, el del barco y la posterior regasificación y luego por el uso de la infraestructura. Definitivamente no tiene sentido alguno y más si se tienen en cuenta los plazos de ejecución.
Decir que se tardaría 8 años en finalizar la obra es ser muy optimista. Sería cuestión de años. Lo mismo e incluso más de lo que se tardaría en construir estaciones de regasificación en Alemania. Tampoco se trata de que Francia se quiera quedar con el negocio. El problema es otro. Desde el punto de vista económico todavía nadie ha demostrado que esto tenga sentido. Las cuentas no salen y, por eso, no hay tanta urgencia… Otra cosa es que se piense que en 10 años se va a usar para transportar hidrogeno verde. Esto ya es más interesante… Lo que no hay que hacer es volverse locos pensando en que el Midcat es la solución a todos los problemas del gas en Europa ni que España se vaya a convertir en potencia mundial del gas. No tiene base económica.