Ni que hidroeléctricas y nucleares cobren 400 euros/MWh ni que la electricidad generada por las renovables sea gratis o casi. No tiene sentido ninguna de las dos cosas. Por eso, no conviene olvidar el debate sobre la reforma del sistema eléctrico.
El hombre es el único animal que tropieza en la misma piedra… También el único que es capaz de quemarse dos veces con la misma croqueta. No se llega a aprender nunca. Es un ser confiado o más bien piensa siempre en el corto plazo. Sí, solo en lo inmediato. Con la Excepción Ibérica se habló mucho del sistema eléctrico. Es decir, de cómo debía ser modificada la manera en la que se calculan los precios de la electricidad y de si el modelo era extensible a toda Europa. Abrió un interesante debate, pero quedó en eso, en una excepción. Algo puntual para rebajarlo en uno de los momentos de mayor tensión en los mercados… Y ahora que ha bajado, todo ha quedado en el olvido. Podía haber sido un primer paso para generalizarlo, pero al final el viento, como con las renovables, se ha llevado las palabras e intenciones.
No se ha vuelto a escuchar nada y es muy peligroso, como ha explicado Jorge Morales de Labra en En jake de EiTB. Objetivo cumplido hasta que haya un nuevo susto. Lo peor es que, tarde o temprano, terminará llegando. Ahora se puede comprobar cómo las renovables hunden por completo el precio de la luz. Sobre todo, durante el pasado mes de abril y la primera mitad de mayo. El comienzo de la primavera ha sido muy seco y caluroso especialmente en el centro y Sur de la península ibérica. La más soleada que se recuerda y la consecuencia es clara. Una enorme aportación de renovables y, especialmente, de energía solar en las horas centrales. Este es el motivo por el que se han hundido los precios. Tanto, que en algunos momentos del día y muchos a lo largo de la semana es casi gratis.
No lo es del todo porque a los 0 euros que cuesta la electricidad en el mercado mayorista luego hay que sumarle los costes regulados para llevarlo a los 5 euros/MWh. Mucho más barata a mediodía que de madrugada.
Tampoco es algo que tenga mucho sentido. Tan absurdo es que una central fotovoltaica de las últimas que se han instalado cobre 400 euros por MWh, como sucedió el año pasado, como que ahora esté cobrando 0. Ni una cosa ni la otra. A cada uno lo que le corresponda. En caso contrario, a lo que llevará la situación es a que nadie quiera poner placas solares si no se les va a pagar nada por su energía renovable. Por tanto, es urgente que se cambie el mecanismo de fijación de precios en el sistema eléctrico y, además, que se haga de forma urgente. No puede ser que se traslade el precio del gas al resto de tecnologías cuando este está desorbitado ni que tengan que trabajar gratis cuando sobre producción. No es eficiente en el primer caso ni rentable en el segundo. Sigue habiendo debate, pero es menos intenso.
De nuevo empieza a caer en el olvido, incluso cuando se ha detectado el problema. Y las grandes interesadas en que esto se olvide son las eléctricas históricas. Las llamadas incumbentes porque son las que más se benefician del sistema marginalista. Especialmente las que tienen centrales nucleares e hidroeléctricas que pueden cobrar los precios que marca el gas cuando sus costes son muy inferiores al de esta materia prima. A lo que hay que añadir otro factor. Nadie puede competir con ellas en igualdad de condiciones. No hay posibilidad en Europa, y menos en España, de construir este tipo de instalaciones ni tampoco de anegar pueblos como se hizo en el pasado. Les va muy bien mantener el negocio tal y como está para maximizar sus beneficios y presionan todo lo que pueden en Bruselas para que no se cambie. No quieren debate.
Las grandes eléctricas realizan un fuerte lobby en Europa para que no se cambie este mecanismo que les permite arrastrar los precios de los combustibles fósiles a las energías cuyos costes no tienen nada que ver.