Tienen sus motivos, pero ¿por qué no se han presentado las grandes compañías eléctricas a la última subasta de renovables? En realidad, solo hay uno para este plante y no es otro que la falta de interés.
El pan nuestro de cada día. No es ningún secreto que las eléctricas están molestas con el Gobierno. Con el actual porque toca, pero también con todos. Cada acción en el sector tiene su reacción y las de las grandes compañías son de lo más airadas. Entre las últimas, se recuerdan la amenaza del cierre anticipado de las nucleares o de subir todos los contratos a precio fijo a empresas y particulares. Pues a todas estas hay que sumarles ahora una más… Ni se han presentado a la última subasta de renovables celebrada la semana pasada para impulsar la implantación de fuentes más sostenibles y baratas. Y ahí es donde empiezan a surgir las dudas y preguntas. ¿Este plante tiene alguna consecuencia o es solo un gesto de cara a la galería? ¿Para qué les sirve? ¿Por qué no se presentaron?
Sin embargo, tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en Julia en la onda de Onda Cero, ni siquiera el problema es ese. Es otro más relevante aún y es que las grandes eléctricas ya han conseguido lo que querían… Es decir, con las modificaciones en el Decreto Ley que en principio les iba a retirar parte de sus beneficios extraordinarios ya han cumplido su objetivo. Ahora con la nueva normativa los mantienen para los contratos a precio fijo. De ahí su insistencia en las últimas semanas con agresivas campañas de publicidad y telemarketing. Mantendrán todos sus ingresos igual que hasta ahora y tan contentas. Por este motivo ya no les interesa acudir a las subastas de renovables ni tampoco les hace falta.
Las subastas de renovables establecen una retribución fija al 95% para las nuevas centrales que entren en el sistema. Algo que sin duda contribuirá a estabilizar las habituales fluctuaciones del mercado mayorista.
Solo hay que recordar que este sistema para potenciar la implantación de energías verdes y sostenibles que se están realizando desde hace tiempo, como la de la semana pasada, lo que hacen es garantizar un precio estable para la nueva generación renovable. Y lo hace por un periodo de 12 años. Ahí se entiende que un productor independiente que quiera participar tiene un cierto riesgo. Sobre todo, si quiere financiar la inversión. A todos ellos el mecanismo de subasta oficial les da ciertas garantías. Saben de antemano lo que van a cobrar por la electricidad generada durante todo ese tiempo para hacer sus cálculos. Sin embargo, las grandes eléctricas no lo necesitan para nada.
Tienen el control del mercado por completo. Prácticamente hacen lo que quieren y ya se ve todos los días por sus airadas reacciones que esa garantía de precio les importa realmente poco. Lo que tienen son millones de clientes a los que ofrecen precios fijos. Por cierto, muy por debajo de los niveles actuales del mercado. Por tanto, para las eléctricas el riesgo de no saber lo que cobrarán por la generación no existe. Lo ponen frente al precio al que luego venderán la energía y lo complementan con otras fuentes más baratas beneficiándose de la subida del gas. Así que, más que un desplante o una muestra de desprecio, de lo que se trata es de una posición muy lógica. En realidad, no necesitan participar en las subastas.