El precio de la luz se ha colado en las listas de propósitos para el próximo año. Ahorrar energía, que sea más sostenible y, sobre todo, más barata para poder controlar así mejorar el recibo en 2022.
Sonreír más y quejarse menos. Tratar de buscar en los desafíos nuevas oportunidades y salir de la llamada zona de confort. Eso, quien haya sido capaz de encontrarla en los últimos 365 días que no han sido fáciles. Decir más veces te quiero y también más a menudo no. Disfrutar todo lo que se pueda de las pequeñas cosas. Sobre todo, porque las grandes a veces tardan más de lo deseado en llegar. Multiplicar el ahorro y gastar un poco menos… Quien más o quien menos seguro que por estas fechas ha hecho una lista de buenas intenciones para el año que está a punto de empezar. Todo el mundo la tiene, aunque solo sea mental. Basta con pensarla. No hace falta escribirla. Si es así, la última de todas siempre debería ser la siguiente: dejar de hacer buenos propósitos que al final no se van a poder cumplir.
Pues, acaba 2021 y lo hace con un recibo de la luz superior al de hace tres años que era uno de los grandes propósitos del año. No se puede tachar de la lista y eso que estaba marcado en amarillo y hasta subrayado. Al menos para todos los que tengan la tarifa oficial. En total, más de 11 millones de consumidores. Solo de enero a noviembre ya se había pagado más que en todos los meses del 2018. Por tanto, ese compromiso ya es importante. Otra cosa es que de cara a la galería y, sobre todo para la estadística, se tengan en cuenta el resto de tarifas, pero es algo que ya depende de las compañías eléctricas. Y es que, como ha comentado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco, habrá casos incluso que les haya bajado el importe total del recibo.
Eso si la comercializadora ha querido mantener los precios. Las cuentas son muy sencillas: misma tarifa, pero menos impuestos y costes regulados… Sin embargo, no son siempre la mejor opción y más si se habla a largo plazo. Cierto que lo que está pasando en los mercados en las últimas semanas es de auténtica locura. Demasiadas fluctuaciones y de gran intensidad. El pasado 23 de diciembre se llegó al máximo de todos los tiempos con 380 euros por MWh. No se había visto antes algo así. Solo hay que recordar que la media de la última década son 45. ¡El promedio de los últimos 10 años! Bien… Pues, de repente, durante dos días ha caído por debajo de 100. Algo que hacía más de dos meses que no pasaba. Incluso, por haber hay horas en el día, en el que es cercano a cero. Casi gratis…
Dos días por debajo de 100 y la verdad es que parece hasta barato cuando se está pagando el doble de lo que debería ser normal. Gran parte de la explicación para estas fuertes variaciones se encuentra en las condiciones meteorológicas. El fuerte viento y los días despejados ayudan y mucho a controlar los altos precios del mercado. En los próximos días se esperan temperaturas 5ºC superiores a lo habitual y corrientes de aire en el Norte. No son para nada malas noticias si se habla de electricidad. Más producción renovable también significa menos gas y, sobre todo, mayor ahorro. Sin embargo, es un poco diferente con el agua y la hidroeléctrica. Lluvia, sol y viento… Por eso, habría que incluir un nuevo propósito en la lista de buenas intenciones de 2022: prestar más atención a las previsiones del tiempo antes de poner en marcha la lavadora.