Movilidad, climatización, … ¿Es realista pensar que toda la energía que se utilice en el año 2050 sea renovable? Para conseguirlo la electrificación del transporte sigue siendo el desafío pendiente.
La electricidad no es ni de lejos la principal forma de energía utilizada. Tan solo supone el 25% del total. Si no la cosa sería más sencilla. En España casi la mitad de la luz consumida es renovable y en menos de 10 años lo será el 80%. Otra cosa es la energía total. El problema es que hay que electrificar antes muchas cosas empezando por la movilidad. Por eso, se está potenciando al máximo el coche eléctrico y quizá esa sea la parte más sencilla de todas. Sin embargo, electrificar otros medios de transporte es bastante más complicado. Sobre todo, para los denominados pesados y de mercancías como los camiones. Eso ya va costando un poco más ponerlo en marcha. Varias alternativas ya están ahí: trenes que utilizan electricidad, por ejemplo. Por el contrario, los que aún usan diésel para desplazarse también habría que suprimirlos lo antes posible.
El cambio de modelo energético irá sobre ruedas y los coches de combustión tienen los días contados. En 2040 estará prohibida su venta y tan solo 10 años más tarde su circulación.
Más difícil todavía con los aviones… Noruega tiene previsto electrificar todas sus líneas de transporte aéreo nacionales antes del año 2040, pero el resto de países aún no han anunciado que vayan a dar ningún paso en este sentido. Hoy los aviones eléctricos son una realidad, pero solo para pequeñas distancias. Aún no para las aeronaves más grandes, aviones capaces de cruzar los océanos. Ahí, de momento, solo hay leves avances y algunos prototipos. Queda bastante por hacer… Con los barcos mercantes más de lo mismo, aunque tecnológicamente es algo que se podría hacer. Eso ya se ha conseguido con relativo éxito. Otra cosa sería lograr implementar el sistema en la realidad y fundamentalmente en el modelo económico actual. Antes hay que cambiar la mentalidad y eso ya es otra historia.
El problema, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Julia en la Onda de Onda Cero, es que siempre que se habla de transformaciones y cambios tan grandes se hace solo teniendo en cuenta el ahora. Sin mirar más allá. Así, si se habla de la ampliación de un aeropuerto solo se piensa en lo que contaminan los aviones hoy. Nadie es capaz de ver más allá y en ver cómo funcionará el sector aeronáutico en 10 o 20 años. Hay que entender que ya se está trabajando en hacerlo más limpio, ecológico y sostenible. Aquí, lo que pasa es que precisamente el de la aviación es el sector que quizá presente más dudas. Es decir, es más complicado poder predecir lo que pueda ocurrir, aunque la tendencia está bien definida. Todo lo contrario que en las ciudades donde se ve todo mucho más claro.
Transformar el actual parque automovilístico de vehículos de combustión a coches eléctricos supondrá un incremento de la demanda eléctrica de aproximadamente el 25%.
Los barrios y las casas que ahora mismo están pegadas a grandes vías de circunvalación se van a revalorizar en muy poco tiempo. Los coches eléctricos apenas hacen ruido y, sobre todo, contaminan mucho menos. Así, que como el futuro de la movilidad doméstica ya se sabe que va a pasar por ahí, seguro es más fácil hacer la predicción. Además, no habrá que esperar mucho. Menos de 10 años. Por tanto, hacer análisis de trafico sin tener en cuenta todo esto resulta casi absurdo. Para el resto de medios de transporte hay otras alternativas con perspectivas como el hidrógeno. Hay incertidumbre. Aún no se sabe cuál es la tecnología que despuntará en el sector aeronáutico en 20 años. Quizá esa sea la razón por la que haya mas dudas a la hora de considerar el futuro de su electrificación.