Nadie quiere quedarse sin el regalo más deseado, pero el alto precio de la energía, el caos del transporte marítimo mundial y la escasez de materias primas están haciendo crecer el temor a un desabastecimiento de cara a Navidad.
¿Unas Fiestas diferentes? Las compras navideñas se adelantan incluso al Black Friday y eso que ya era pronto. Desde hace varios días es tema recurrente de conversación: si se sufrirá un ligero desabastecimiento de ciertos productos. La falta de algunas materias primas especialmente las energéticas se está empezando a dejar notar también en sectores como el de la construcción, transportes, tecnología, industria papelera, juguetes, bebidas o envases, entre otros. Detrás de los retrasos puntuales que están sufriendo con las entregas está el incremento del precio del gas, derivados del petróleo o la electricidad, pero hay otros factores que afectan y mucho. No hay riesgo de que el mercado vaya a quedar desbastecido. Por si acaso, y en previsión de un aumento de precios, muchos son los que están aprovechando estos días para no quedarse sin el regalo más deseado, pero también sin sus alimentos favoritos.
En realidad, lo que está detrás de todo eso es el caos en el transporte marítimo mundial y la escasez que ya se siente en algunos productos. Muchos puertos no pueden hacer frente al incremento de la demanda tras la pandemia. Están al máximo de su capacidad y algunos ya están al borde del colapso como el de Amberes en Bélgica. El segundo más importante de toda Europa lleva varias semanas al 100% de su capacidad. Se han visto sorprendidos y el problema es que faltan estibadores y camioneros para descargar los barcos y transportar las mercancías. Todo esto está retrasando la cadena de distribución y encareciéndola. Traer un contenedor desde China hoy cuesta 10 veces más que hace un año. Lejos de mejorar la situación se intensificará porque la demanda aumentará ante la inminente llegada del Black Friday y la Navidad.
El transporte marítimo supone el 80% de tráfico mundial de mercancías de todo el mundo y sus costes se han disparado. Hoy enviar un contenedor a cualquier lugar del mundo cuesta 10 veces más que hace un año.
A todo esto, además, hay que sumarle el alto coste de la energía… El más que previsible comienzo de una tormenta perfecta que puede poner en jaque a la recuperación económica mundial, tal y como ha contado Jorge Morales de Labra en Informativos Fin de Semana de Telecinco. No es algo tan puntual. Se calcula que, como mínimo, se pueda prolongar la situación hasta finales el año 2022 para algunos productos en concreto. Especialmente para todos los que incorporan tecnología electrónica y eso al final son muchos más sectores de los que puede parecer. Sin ir más lejos, el de los electrodomésticos, que sufrió un gran parón durante los meses de pandemia. También el de la automoción. Para ambos, el que el fallo de suministro de un componente único, como puede ser un microchip, hace que toda la producción caiga en cadena.
Casi todos los productos, en mayor o menor proporción, los contienen. China y Corea, los principales fabricantes de esta tecnología, bajaron y mucho la producción durante la pandemia. Además, luego hay que sumarle la escasez de materias primas, el precio de la energía necesaria para su producción y el transporte marítimo que mueve el 80% de las mercancías de todo el mundo. El responsable de abastecer a Occidente de casi todo sufre un enorme cuello de botella por la reactivación de la demanda tras el Covid-19. Aunque el coste de traer cualquier cosa se ha multiplicado, muchas empresas han sido precavidas. Por eso, quieren lanzar un mensaje de tranquilidad. Aseguran que no habrá ningún problema y que solo faltarán algunos productos en las estanterías, los de siempre. Los más demandados y deseados como ya es habitual en estas fechas. Es el momento de empezar a escribir a los Reyes Magos.