Sostenibilidad y, sobre todo, eficiencia del coche eléctrico. Mejor aprovechamiento de los recursos. Por cada litro de combustible solo 0,25 se usan para mover las ruedas, pero si se trata de electricidad aumenta hasta el 90%. ¡Más del triple!
¿Habrá un problema con la electricidad en el futuro? ¿Habrá suficiente para todos? ¿Podrán los paneles solares abastecer la actual demanda y a la vez a un número creciente de bicicletas, patinetes y, sobre todo, coches eléctricos? Más incertidumbres que preguntas y eso hay muchas más, pero de entre todas destaca una. Si necesitas un punto de recarga para el coche electrico en próxima energia podemos ayudarte. ¿La red eléctrica podrá aguantar todo eso y lo que venga en el futuro? No hace falta ser adivino ni tampoco es una cuestión de estadísticas. La respuesta es sencilla y se encuentra en el concepto de eficiencia. El mejor reflejo se puede encontrar sobre cuatro ruedas, pero también se puede aplicar a muy diferentes entornos y ámbitos como el de la climatización. Tanto de frío como de calor con la aerotermia o en su versión más básica con la bomba de calor. Tan relevante o más que los transportes.
Reduciendo la velocidad en 10 km/h se ahorra casi 1 de cada 3 litros de combustible (27%) y subiendo un grado la temperatura un 7%… Y estos son solo algunos de los datos que confirman que la eficiencia energética es muy rentable.
La realidad es que España está menos desarrollado que la mayoría de los países del mundo en lo que se refiere a coche eléctrico. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, acaba de publicar un informe en el que así se refleja. A la cola en la mayoría de indicadores básicos como pueden ser puntos de recarga o incluso red de venta. Peor incluso que otros como Portugal, por si alguien está pensando en lo típico del nivel de renta y que al Sur de Europa llegan siempre los avances más lentos. Ya no sirve como excusa. No se trata de eso porque allí el nivel de vida es inferior y, por el contrario, la penetración de la electromovilidad es muy superior. Quizá sea más un tema de responsabilidad y conciencia ecológica. Sea como sea, dejando de lado las cuestiones económicas, la clave está en la eficiencia…
Por cada litro de gasolina que se echa al depósito de un vehículo de combustión… ¡con mucha suerte se utilizan para mover las ruedas 250cc! Es decir, tres cuartas partes directamente se tiran y no precisamente por el tubo de escape. Esa es, más o menos, la cantidad de energía que se pierde durante el propio proceso de combustión sin que se llegue transformar en movimiento. Sin embargo, con la electricidad pasa lo contrario. La eficiencia se multiplica y aproximadamente se aprovecha el 90%. ¡Casi toda! La diferencia es significativa. Es 3 veces superior porque por cada kWh que se cargue en las baterías del coche se va a utilizar de forma efectiva 0,9.
Ahora mismo circulando por calles y carreteras de España hay unos 150.000 vehículos eléctricos. No demasiados. Tan solo 5,5% de todo el parque automovilístico y demuestra que la electromovilidad no termina de arrancar.
Y este es un dato esencial para entender el proceso de Transición Energética cuando se aplica a la movilidad. Significa que evidentemente si se suprimen todos los vehículos de combustión y se cambian por eléctricos habrá un incremento notable del consumo de electricidad. En torno, al doble de la que se necesita en estos momentos, pero nadie debe pensar que la demanda se multiplicará por 8 o por 10 como señalan algunos. Ni mucho menos. Por este motivo, en el tiempo que queda hasta que dejen de circular definitivamente hay tiempo de sobra para planificarlo. La red soportará perfectamente el incremento siempre que se haga de forma progresiva.
Y esto es solo con la movilidad que supone el 33% del gasto energético total. El resto se lo llevan la climatización y la industria. También a partes iguales, pero no hay marcha atrás. Sin duda, el sistema va a encaminado hacia la electrificación total. Al 100%. ¡Adiós a los combustibles fósiles para 2050! En menos de 27 años el sector eléctrico estará presente en todos los ámbitos de la vida de las personas. Algo que, por cierto, además incluye la supresión del gas para la calefacción y su sustitución por aerotermia u otros sistemas sostenibles y mucho más. Las renovables serán así, la principal y casi única fuente de energía. Mejor para el planeta.