Impredecible. Sube y baja. Aumenta y mengua. Crece y se reduce… Viento, sol y lluvia. La evolución del precio de la luz en diciembre depende de estos tres elementos naturales, aunque recuerda a otro.
¡Como una ola! Y nada tiene que ver con Rocío Jurado. También como la sierra de un carpintero y eso que no guarda relación alguna. Marea con solo verla, nunca mejor dicho. Lo de comparar la evolución del precio de la luz en diciembre con una montaña rusa es algo que ya empieza a quedarse corto. Viene cargada de constantes cambios, pero con la dificultad añadida de que es impredecible. Exactamente igual que la fuerza de los mares y océanos. Solo hay que ver como se han ido modificando en la última semana. Durante los primeros días del mes la tendencia era clara. Bajó desde los 287 euros/MWh a los 177 y a partir de ahí comenzó el sube baja. No hay día que se mantenga en niveles similares a los del anterior. Aumenta y disminuye. Desciende y también asciende. Así, todo el tiempo. Imposible planificar.
Además, en este tiempo se ha producido algo aún más curioso. La pasada noche entre las 12 y las 6 de la mañana era casi gratis. Tan solo 4 euros por MWh y era el momento perfecto para poner la lavadora.
¿Y esto a que se debe? Lo que ha cambiado respecto a los últimos días de noviembre es que ya no hay tanto sol ni tiene tanta fuerza. Todo lo contrario que en las últimas semanas o meses en las que la mejor hora para consumir electricidad era a mediodía y por la tarde. Justo a la hora de la siesta. Lo que estaba muy bien para poder poner el aire acondicionado. Ahora todo eso ha cambiado. La clave está en el viento y, además, hay otra cifra muy significativa que lo explica. Precisamente hoy cuando solo costaba 4 euros/MWh a las 6 de la mañana había 16.000 MW de producción eólica. Número que a muchos no le dirá nada porque cuando las cifras son tan altas a veces se pierde la perspectiva. Es el equivalente en generación al de 16 centrales nucleares funcionando a pleno rendimiento y simultáneamente.
Importante porque en España hay solo 7 y además estaban funcionando todas a esa misma hora. Con lo cual todo junto hace que sea como si hubiera habido conectados 23 reactores al mismo tiempo.
También, como ha contado Jorge Morales de Labra en La hora de La1, al revés de lo que sucedió hace apenas unos días cuando el viento frenó en seco. El pasado 11 de diciembre el precio se disparó por este motivo. Por tanto, básicamente de lo que se está dependiendo es del viento. Cuando entra de forma intensa en la Península Ibérica, como esta noche, son muchísimo más bajos. Sobre todo, por la noche, que es cuando normalmente sopla con más intensidad. Son enormes cantidades de energía las que produce. El problema es que cuando no lo hace con tanta intensidad hay que reemplazarlo por gas. No queda más remedio para poder satisfacer toda la demanda y ya se sabe… ¡está carísimo! El resultado es sencillo. En el momento en el que se cambia una de las fuentes más baratas por la más costosa vuelve a subir como una ola.