La energía que se compra en el mercado mayorista es superior a la energía registrada en el contador. Esto es así porque la cantidad de energía generada en cada momento por las plantas de producción de energía eléctrica no coincide con la energía consumida. Es siempre menor que aquélla por dos motivos. En primer lugar, porque en “el camino” entre el punto de generación y el punto de consumo se producen pérdidas técnicas debido a que parte de la energía transportada se pierde en forma de calor. En segundo lugar, están los fraudes: no toda la energía que se consume se factura, lo que da lugar a pérdidas denominadas eufemísticamente «no técnicas».
La normativa para los consumidores domésticos establece que al consumo medido por el contador se le añada un promedio de entre el 16 y el 19% en concepto de pérdidas. Hablamos en promedio porque cada hora de consumo se ve afectada por un coeficiente de pérdidas distinto que publica el operador del sistema en función de cuáles sean las centrales que produzcan energía y dónde estén situados los consumos de todo el sistema peninsular.
El peaje que pagamos por utilizar las redes, por el contrario, no está afectado por las pérdidas, sino que se factura en función de la energía registrada en el contador. La razón es que los peajes los fija el Gobierno para cubrir el coste de una serie de actividades reguladas del sistema eléctrico y su cálculo se hace a partir de la energía que se prevé facturar, que no incluye pérdida alguna.
Fieles a nuestro compromiso de transparencia, nosotros detallamos el coeficiente de pérdidas aplicado en cada hora a la energía registrada en el contador en el fichero anexo a cada factura que nuestros clientes pueden descargar de su zona privada de nuestra web.