En Francia necesitan más energía y ya se están frotando las manos con la excepción ibérica. Electricidad más barata también allí, mientras aquí se aumenta en consumo de combustibles fósiles y la contaminación.
La excepción ibérica ya no es solo cosa de la península. La envidia de Europa ha cambiado hasta las más básicas lecciones de geografía. Eso que enseñaban en la escuela de que limita por el Oeste con el Atlántico, por el Este con el mar Mediterráneo, y por el Norte con el Cantábrico y los Pirineos que la unen al continente europeo, ya no es así exactamente. Si la virgen del Pilar no quería ser francesa… ahora son ellos los que quieren ser españoles o portugueses. Al menos para comprar electricidad. Y eso que siempre han dicho que Europa acababa en estas montañas. Tampoco es nuevo lo de cruzar la frontera para echar gasolina o adquirir productos básicos de alimentación, textil o perfumería. De toda la vida se ha hecho así. Sin embargo, a lo largo de la historia, en todo momento, han sido reacios a interconectar ambos países y…
Hasta vendían más de la que compraban gracias a su potencia nuclear. En la actualidad el cuento ha cambiado un poco. Tienen más de la mitad de las centrales nucleares paradas y no les alcanza para satisfacer su propia demanda. Necesitan más energía y de algún sitio la tienen que sacar y en poco tiempo no habrá lugar más barato para hacerlo en Europa que en España y Portugal. Por increíble que parezca, y pese a que ya se hablado mucho del tema, aún no se ha puesto en funcionamiento la excepción ibérica. No tardará. De hecho, ya se ha publicado en el BOE hace semanas y solo le hace falta el aval de Bruselas… A partir de entonces, con el límite al precio del gas, habrá energía más barata para ambos países. También para Francia que no tiene nada que ver con la península ni mucho menos.
Por eso inicialmente la propuesta del gobierno español y portugués era excluirlos. ¡Hasta estaba previsto en el borrador que hubiera dos subastas diferentes para evitar que terceros países se aprovecharan! Es decir, dos precios diferentes. Uno internacional precisamente para Francia sin el tope al gas y otro interno para la península con la rebaja. Pues al final, de esto nada. Al otro lado de los Pirineos también se beneficiarán de la medida y ya se están frotando las manos. Eso sí, tiene malas consecuencias… Y es que esa electricidad de más que van a querer los franceses no se va a generar con más sol o viento. Renovables hay las que hay, sino que, curiosamente, se producirá quemando más gas. Mayor contaminación en España y Portugal con consecuencias medioambientales aquí y no allí. También aumento del consumo de combustibles fósiles y todo para mejorar la economía de los franceses. Sorprendente.