Oportunidad de cambio de modelo económico y no es ningún cuento. Eso sí, antes de ir haciendo las cuentas hay que pensar muy bien el desarrollo de grandes infraestructuras como el gaseoducto de Barcelona a Livorno.
Parece el título de un roadtrip de película, pero en realidad tiene más que ver con los cuentos infantiles. En concreto, recuerda y mucho al de La lechera y a sus pequeñas grandes lecciones de Economía. Sí, ese en el que con las monedas que le dieran por la leche, iba a comprar una docena de huevos; los llevaría a la granja, sus gallinas los incubarían, y cuando nacieran los doce pollitos, los cambiaría por un hermoso lechón. Una vez criado se convertiría en un cerdo enorme. Luego lo permutaría en el mercado por una ternera que cuando creciera daría leche a diario con la que ganar un montón de dinero. Y ya se sabe… va tanto el cántaro a la fuente que al final se rompe. La perfecta comprobación de que más vale pájaro en mano que ciento volando…
Cambio de paradigma económico… del sol para broncear turistas a utilizarlo para abastecer de electricidad a toda Europa. Oportunidad única para España en la que más de 3.000.000 de empleos están en juego.
Lo mismo pasa con las renovables. Oportunidad económica para España para poder suministrar energía al resto de Europa. Algo que puede cambiar el futuro y no es ninguna exageración. Hay un montón de informes y estudios que hablan de la creación de más de 3 millones de empleos. Ya no se trata solo de cambiar el modelo energético, más necesario que nunca tras la invasión de Ucrania, sino también de transformar el paradigma económico. Es decir, utilizar el mismo sol que ya se utiliza para broncear turistas ahora para generar electricidad. Mucho más interesante porque ambas actividades son perfectamente compatibles. Además, en cualquier zona o región. En el Sur y, por supuesto, en el Norte. Si en Frankfurt hay 7 veces más paneles solares que en Madrid quiere decir que pueden ser también rentables en Galicia o en el País Vasco.
Eso sí, antes de lanzar las campanas al vuelo hay que pensarlo bien para que no pase como con la famosa lechera. Importante por tanto tener en cuenta las interconexiones de España para llevar la energía a cualquier lugar del continente. Por eso, la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa la construcción de un gaseoducto entre Barcelona y Livorno. La idea no está nada mal, pero solo si se hace pensando en el futuro, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Julia en la Onda de Onda Cero. El diseño original es sencillo: aprovechar el potencial de regasificación de la península ibérica y, sobre todo, el mayor depósito de gas de Europa que se encuentra en el puerto de esta ciudad. Importante para luego llevarlo directamente hasta Italia que es muy dependiente del gas de Rusia. Tienen serias dificultades para satisfacer su demanda antes del próximo invierno.
La mayor crisis energética desde la del petróleo de los años 70 requiere de soluciones rápidas y pensando en el futuro y más tras los nuevos cortes de suministro por parte de Rusia a Países Bajos y Dinamarca.
En cualquier caso, no es una obra menor. Por eso, hay que ir haciendo bien las cuentas para que no salgan tan mal como las de La lechera. Así, tal infraestructura solo tendría sentido si se piensa desde el momento de su construcción en aprovecharlo después con hidrógeno. En condiciones normales, y si no hay complicaciones, se tardaría más de una década en ponerlo en marcha. Demasiado tiempo para solucionar la actual crisis energética. ¿En 10 años se va a seguir necesitando gas o es mejor hacerlo ya directamente para esta nueva tecnología? Y eso sin tener en cuenta todas las consideraciones medioambientales que dilatan los plazos. Por otro lado, hay que ser conscientes de que si no se acelera la transición hacia las renovables acortando los trámites para nuevas instalaciones no se reducirá la dependencia. Un nuevo modelo económico está en juego y no es ningún cuento.