Facturas que multiplican hasta por cuatro o cinco a las habituales… No hay duda, sigue compensando pasarse a la TUR porque incluso en el mejor de los casos es un 20% más barata que la mejor de las ofertas del mercado libre.
¿Susto o frío? Literalmente como para quedarse helados. Están llegando a casa las primeras facturas del gas del invierno… y los que no se pasaron a la tarifa regulada se están llevando unos sustos de muerte. No es Halloween, pero en algunos casos el recibo se ha multiplicado por cinco. Todo porque la TUR sigue siendo mucho más barata que la mejor de las opciones que se pueda encontrar en el mercado libre. Como mínimo un 20% menor y eso si se compara con una fórmula de contratación variable vinculada al precio del mercado mayorista. Solo para hacerse una idea mientras la primera está en torno a los 7 céntimos por kWh las de precio fijo están ya a unos 14 de media. Es decir, casi el doble o un poco más.
Puede ser incluso peor. Ya se había avisado, pero lo que pocos podían imaginar es que fueran a llegar facturas hasta cuatro y cinco veces superiores a las que se recibían con anterioridad. Como ha recordado Jorge Morales de Labra en Más Vale Tarde de La Sexta, para poder pasar el invierno con tranquilidad era absolutamente fundamental pasarse a la TUR. De hecho, era tan importante que hasta las comunidades de propietarios se quejaron de que no podían contratarla y se creó una nueva categoría específica para este colectivo. Además, es algo que no debería extrañar demasiado por una sencilla razón. En el gas natural está el epicentro de la crisis energética originada por el conflicto de Rusia con Ucrania.
Así, esta materia prima llegó a cotizar en agosto a 350 euros MWh cuando su precio habitual no debería superar en ningún caso los 20. De este modo, llegó a multiplicarse hasta por 17.
Luego es verdad que ha ido bajando, y lo ha hecho significativamente, pero también es cierto que sigue siendo tres veces superior. Desorbitado. Carísimo. Por eso, lo que está ocurriendo en estos momentos es que las comercializadoras del mercado libre están trasladando a los consumidores las todavía elevadas cotizaciones de esta materia prima. Todas menos la tarifa regulada que está subvencionada con más de 3.000 millones de euros de fondos públicos. Y este es el motivo por el que no tiene rival. Nadie puede hacerle competencia y todo el mundo debería acogerse a la TUR. Incluso ahora que ya ha pasado gran parte del invierno. No hay excusa para no coger el teléfono y hacerlo ya mismo.
Cualquiera que haga una búsqueda en un comparador de tarifas como el de la CNMC comprobará que la siguiente oferta más económica es un 20% más cara. Además, esa primera alternativa es variable. Es decir, que quien la contrate no sabe exactamente lo que va a pagar. Depende de forma directa del mercado mayorista del gas que ahora está bajando. Sin embargo, nadie puede garantizar que vaya a seguir haciéndolo en el corto o medio plazo. Por el contrario, la regulada tiene garantizada la estabilidad durante al menos los próximos tres meses. Además, como es lógico, en lo que queda de febrero y en marzo seguirá haciendo frío… Por tanto, la recomendación no puede ser otra más que pasarse a la TUR antes de que llegue la primavera.