No ha pasado tanto tiempo, pero parece ya un recuerdo muy lejano cuando se puso en marcha todo aquello de los tramos horarios. El periodo, punta y valle que afectaban significativamente a una parte muy concreta del recibo. Los cargos y los peajes que se pagaban en función de la potencia contratada eran mucho más baratos de madrugada y los fines de semana. Tanto como que enseguida empezaron a surgir todo tipo de chistes sobre planchar o poner la lavadora de madrugada. No era para tanto, pero provocaron un cambio en los hábitos de consumo. Ahora sucede un poco lo mismo, pero con otro componente de la factura. El importante, por decirlo así. Es decir, la energía que se consume. Tal es la diferencia de precio que compensa y mucho pensárselo dos veces antes de conectar los electrodomésticos.
El problema es que la mayor parte de las personas no sabe ni la tarifa que tiene contratada. Si se tiene una tarifa plana dan igual los horarios de la luz o el momento en el que se ponga la lavadora, es independiente. Siempre se pagará lo mismo.
Eso sí, si por el contrario se tiene una tarifa variable la cosa cambia y mucho. Entonces sí que funciona y mucho fijarse en el reloj. En estos días está habiendo una diferencia de precio de hasta 3 veces que se dice pronto. Incluso puede ser gratis o negativo en algunos momentos del día. Como suena, poner una lavadora puede costar hasta 3 veces menos dependiendo de la hora en la que se haga. Por cierto, la mejor hora ahora no es por la noche sino en las horas centrales del día. Gracias a la energía solar es a mediodía y durante las primeras horas de la tarde es cuando se tiene la luz más barata. A mediodía está costando unos 5 céntimos por kWh y sin embargo si se pone a las 9 de la noche que es la hora más cara puede llegar a costar 15.
Es decir, 3 lavadoras por el precio de una. Un ahorro muy significativo. Dependiendo de la tarifa que uno tenga sí que es relevante el fijarse en los horarios de la luz. Siempre mejor con una variable. Así ha sido en 11 de los últimos 10 años.
Por este y otros motivos, las tarifas variables son en principio y en final la mejor opción. Mucho mejor que cualquier oferta fija que se pueda encontrar en el mercado por muy tentadoras que parezcan. Horas gratis, importantes descuentos… nada se puede comprar a poner la lavadora a coste cero si se hace en la hora o en el día adecuado. En 10 de los últimos 11 años han merecido la pena. Sí, la historia les da la razón… y es muy sencillo de entender. Cuando una empresa ofrece un precio fijo lo tiene muy estudiado. Tiene que prever que el precio de la luz pueda subir repentinamente.
El motivo por el que las tarifas variables son más baratas
No es lo habitual, pero por si acaso tienen que cubrirse. Nadie quiere vender sus productos a pérdidas. Por eso, en el importe final que se paga por cada kWh consumido suelen incluir una prima de riesgo. Normalmente es muy cara porque en el sector eléctrico pasa una cosa que no ocurre en ningún otro sector. Cuando el coste de la energía se dispara lo hace a la vez para todos sus clientes mientras que, por ejemplo, en los seguros de hogar suelen ser casos puntuales. El riesgo es mayor. Lógicamente la mayor parte de las veces son menores a los que la empresa había previsto así que acaban ganando mucho dinero. ¡Está clarísimo! Salvo cuando se dispararon los precios tras el inicio de la guerra en Ucrania en todos los demás momentos ha merecido más la pena una tarifa variable.