Si abril había sido el mes con la electricidad más barata de la historia… Lo lógico es que el pasado mes, aunque se mantuviera todavía bajo, al final algo subiera y esto mismo es lo que ha acabado sucediendo en el precio de la luz de mayo.
No es solo cosa de la electricidad ni tampoco de los combustibles. Los precios han vuelto a subir en mayo y ya van tres meses consecutivos al alza. También es cosa de los alimentos. Desde hace algunos meses el que más ha encarecido la cesta de la compra es el aceite de oliva. Cuesta el triple que en 2021, pero parece que, al contrario que la energía, esta tendencia parece que va a cambiar. Se espera que la próxima cosecha de aceituna sea abundante y eso poco a poco va a ir reduciendo el precio del litro del aceite a la mitad. Mientras tanto el IPC está en el 3,6%. Unas décimas más altas que en abril. ¡El nivel más alto en 13 meses! Todo suma.
Eso sí, por su parte, la inflación subyacente, que no tiene en cuenta el precio ni de los alimentos ni de la energía, también sube. Tan solo una décima, pero sigue por debajo de la general.
Por este motivo, detrás de ese repunte del IPC están los carburantes que han bajado, pero menos que hace un año. Sin embargo, sobre todo, lo que más ha influido es el precio de la electricidad.
Y es que, solo en mayo, precisamente, el precio de la electricidad ha subido un 122%. Es decir, se ha duplicado respecto al pasado mes de abril. Esto se traduce en que el coste del kWh ha superado los 30 euros por MWh, pero hay que poner las cifras en contexto. El motivo es que aún está muy lejos de los 74 que costaba hace un año. Sin duda, estas cifras pueden resultar algo confusas. Tampoco es que sean preocupantes ni hacen saltar las alarmas porque el precio del último mes ha sido el más bajo de la historia. Por este motivo, la probabilidad de que el recibo de mayo fuera algo más alto era predecible. Se sabía que podría pasar.
No acaba ahí la cosa porque hay más motivos que explican este repunte. El porcentaje de renovables utilizadas para producir electricidad ha bajado en el mix eléctrico. Todo incluso a pesar de que la energía solar está alcanzando cifras de récord. Además, lo seguirá haciendo. Solo esta tecnología será la que responda en los próximos meses respecto a otras fuentes limpias. Por eso, va a ser necesario incorporar al sistema la energía que producen quemando gas las centrales de ciclo combinado. Las más caras de todas y, por tanto, el aumento de precios que se espera será todavía mayor. Por suerte, para compensarlo la cada vez mayor presencia de la fotovoltaica aliviará en parte los recibos. Sobre todo, porque se espera que el coste del gas y de los carburantes siga creciendo mientras duren las tensiones geopolíticas.