Las posibilidades de que se produzca un gran apagón energético son muy remotas y más teniendo en cuenta la estabilidad del sistema eléctrico europeo: la máquina más compleja y eficiente jamás creada por la ingeniería.
Retroceder dos siglos en un segundo. Adiós a la luz, pero también a los semáforos, ascensores, cocinas, móviles, … y, por supuesto, a internet. Los efectos de un gran apagón sería como viajar en el tiempo a la época de Gramme, Tesla, Westinghouse, Graham Bell y también de Edison. Pues sobre esta posibilidad, la de la falta de electricidad y no la de regresar al pasado, ya están trabajando en Austria. Creen que es algo que podría pasar en los próximos años y que, además, se extendería por toda Europa y que podría prorrogarse por tiempo indefinido. Demasiado. Por eso aconseja a la población ir tomando medidas. ¡Normal que la noticia haya viajado a la velocidad de la luz por las redes sociales, pero es algo exagerado! Dar por hecho que va a ocurrir es casi como asegurar que caerá un meteorito en la Puerta del Sol.
Las posibilidades son realmente escasas. Tan solo se trata de un bulo en el que se han mezclado varias cosas… Eso sí, también es cierto que desde un punto de vista de defensa y seguridad nacional siempre ha existido cierta preocupación porque a un país entero se le fundan los plomos y se vaya la luz. Hay que tener bien definidos los protocolos y principios en caso de que se produzca. Con todo, si hay algo que caracteriza a la red eléctrica española y europea es la estabilidad. La capacidad de España para producir energía de España es de 107GW. Más del doble del mayor pico de demanda de toda la historia que fue de 46GW en diciembre 2017. Además, hay otros episodios recientes que lo demuestran. El más cercano con la borrasca Filomena. Por eso hay que ir descartando ya mismo que pueda pasar en el futuro.
La capacidad de España para producir energía de España es de 107GW. Más del doble del mayor pico de demanda de toda la historia que fue de 46GW en diciembre 2017. Además, está muy diversificada.
Así, tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en Mejor Contigo de La1, el sistema eléctrico europeo es la maquina más compleja creada por la ingeniería en toda la historia. Estable y muy preciso. Miles de piezas funcionando en perfecta sincronización. Desde Croacia hasta España pasando por Alemania hace que todas las máquinas giren exactamente a la misma velocidad. Exactamente a 50 ciclos por segundo y esto es muy importante. Quiere decir que la frecuencia en toda Europa es exactamente la misma. De modo que cualquier pequeña desviación que se pueda producir es corregida de forma automática por el sistema. Rápido y muy efectivo cuando se producen desajustes entre demanda y producción o al revés. Es decir, el consumo supera a la producción. También pueden producirse otro tipo de incidentes…
Lo peor que puede ocurrir cuando se produce uno de estos desequilibrios. Se pudo ver en España en julio de este año y casi nadie lo recuerda. Ese día la Península Ibérica quedó aislada del resto de Europa y empezó a funcionar como si de una isla se tratara. Perdió la conexión con el resto del continente. Apenas duró media hora. En menos de 30 minutos entre el operador francés y Red Eléctrica lograron restaurar el servicio. Más de un millón de personas se quedaron sin luz durante ese tiempo y todo quedó ahí. El más grave incidente en lo que va de siglo se redujo a eso. Por este motivo, tampoco hay que hacer mucho caso a todos los pronósticos apocalípticos del gran apagón de días y semanas sin electricidad. No es algo que se pueda asegurar al 100%, pero es algo tan improbable como lo del meteorito.