¿Mejor conectado o desconectado? Desde un punto de vista de eficiencia energética lo mejor es dejar el aire acondicionado apagado siempre que no se esté en casa, pero la diferencia del precio de la luz puede provocar algunas excepciones.
Importante la factura de la luz y más en verano porque el aire acondicionado puede provocar algunos sofocos. Justo lo contrario para lo que fue diseñado e instalado en las casas. También escalofríos y esa puede ser la señal de lo que se espera cuando llegue el recibo. Siempre hay dudas de cómo usarlo correctamente, aunque ya se esté a estas alturas del verano. Hay algunas claves para remediarlo y evitar sorpresas: termostatos, toldos y ventanas, aislamiento, ventiladores que consumen mucho menos… Sin embargo, hay dos fundamentales y la primera es la temperatura a la que hay que ponerlo. Ya se sabe cada grado de menos es un 7% más de gasto energético. Ahí coinciden todos los expertos. Lo mejor es ponerlo a unos 25ºC, grado arriba o abajo como hace la OCU en sus recomendaciones. Da precisamente ese margen y lo sitúa entre 24ºC y 26ºC.
Las dudas no acaban ahí… si se va a comprar el pan 5 minutos o si se baja a la piscina una hora… ¿Qué es mejor? ¿Dejar puesto el aire acondicionado para que se mantenga fresca o apagarlo? ¿Cuál es la mejor solución? La respuesta la ha dado Jorge Morales de Labra en El programa del verano de Telecinco y, como casi siempre en el sector energético, es algo que depende de varios factores como el precio de la luz. Si es el mismo lo mejor es apagarlo. Es decir, si no hay una diferencia significativa entre la hora de entrada y la de salida. En ambas situaciones la respuesta está clara. Lo más eficiente y barato es desconectarlo. Es el caso, por ejemplo, de las tarifas fijas. Aquellas en las que siempre se paga lo mismo. Por cierto, normalmente de más. Todo el mundo lo sabe.
También hay que tener en cuenta que luego hay ciertas casas que tienen una cierta inercia. Es decir, que si se sale durante un tiempo más prolongado al regresar lo más probable es que de nuevo haga mucho calor. Además, necesitará de más tiempo para recuperar la temperatura de confort. A lo mejor media hora o más y eso puede ser demasiado cuando los termómetros están muy altos. Así, si las pausas son cortas lo mejor es dejarlo conectado. Sin embargo, si son más prolongadas la cosa cambia. El mejor se encuentra al ir a trabajar. Las jornadas laborales son de 8 0 10 horas si hay pausa para comer. Mucho tiempo y es una barbaridad que esté todo ese tiempo funcionando si nadie lo puede disfrutar. Eso sí, estos consejos son siempre a igualdad de precio de la luz, pero si se tiene una tarifa variable…
La diferencia de precio en las distintas horas puede ser enorme y tiene sus ventajas. Más ahorro. A los que la tengan fija les da igual ponerlo a una hora que a otra, pero al resto no. En las últimas semanas la luz está siendo mucho más barata a mediodía que por la noche cuando se vuelve de trabajar. Puede ser el doble de caro o más. Así que, ¡cambia la situación! Sin ir más lejos, antes de irse a dormir porque lo normal sería conectarlo sobre las 9 y apagarlo justo al meterse en la cama, ¿no? Justo en el momento más costoso. Por eso, si se tiene un horario de verano en el trabajo, la recomendación cambia. Mejor ponerlo entre 2 y 6 de la tarde, de modo que en las horas económicas se haga el mayor gasto energético y luego solo haya que mantenerlo. Lógico, ¿verdad?