Objetivos muy variables y flexibles, medidas poco o nada detalladas, no hay cifras ni datos y el calendario es muy difuso… 73 medidas repartidas en 110 folios y aun así al plan de ahorro energético le falta concreción.
Más dudas e interrogantes que respuestas y certezas. Eso es lo que deja así en principio el plan de ahorro energético que se acaba de presentar. Más allá de la dotación económica de alguna de las propuestas como los 100 millones de ayudas a la sustitución de calderas por sistemas de climatización renovable o que la rebaja de lo que pagan los consumidores con calefacción central se financiará con fondos públicos… hay muy pocos detalles. Poco concreto. No se sabe casi nada. Ni cómo se implementará la rebaja ni mucho menos cuánto o a quiénes se ampliarán los bonos sociales térmico y eléctrico. Tampoco se han concretado las medidas que tienen que aplicarse en el sector público además de la ya conocida mayor eficiencia en el alumbrado. Lo mismo sucede con las ayudas fiscales para los hogares o con las condiciones del kit verde del ICO para las pymes.
Y eso son solo algunos ejemplos porque hay más… Por este motivo la pregunta que se hace todo el mundo es, ¿y ahora qué? Como ha contado Jorge Morales de Labra en Hora 25 de los negocios de cadena SER, se esperaba mucho más del plan, pero, sobre todo, un mayor detalle. Y lo cierto es que es de lo más completo. Más de 110 folios para un total de 73 medidas, pero el problema es la falta de concreción de todas y cada una de las mismas. A simple vista parece más bien una declaración de intenciones que una guía de pasos a seguir de lo que ya se había hablado hasta ahora. Ahorro energético sí, pero cómo… También ha quedado en el aire todo lo relativo a lo que iba ser la medida estrella del programa. Más protección para las facturas de la calefacción comunitaria.
“La realidad pone de manifiesto que tenemos que seguir impulsando reformas y medidas mucho más concretas y precisas… para afrontar la situación que se está viviendo con los precios disparados…” Teresa Ribera.
A todos ellos les esperan facturas tres veces superiores a las del año pasado y no aparece nada de lo importante. Es decir, el tipo de mecanismo que lo regulará, cuánto ahorro supondrá o a quién le tocará pagarlo. Eso sí, hay que reconocer que el documento es útil de momento, aunque solo sea como guía porque el objetivo es difícil y tampoco es que sea muy preciso. Reducir entre el 5 y el 15%… Y entre una cifra y otra hay bastante diferencia. Sirve para empezar a trabajar, pero lo que hace falta es aclarar todas las dudas en el BOE. Además, de forma inminente. No se debe dejar pasar más tiempo. Plasmarlo en una Ley lo antes posible porque el invierno ya está a la vuelta de la esquina, aunque haya otras iniciativas que no sean urgentes. En caso contrario nada de esto serviría.
Importante porque, además, viene con bastante retraso y en Bruselas no gusta nada la falta de puntualidad. Muchos otros países de la Unión Europea que van por delante ya tienen sus planes casi listos y, por cierto, son mucho más concretos. También es verdad que algunas de las 73 medidas que aparecen en el documento fueron aprobadas en las semanas anteriores… Por ejemplo, las relacionadas con el fomento de las energías renovables. Sin embargo, la mayoría están aún en el tintero y eso supone un riesgo, de como mínimo, un toque de atención por parte de la Comisión Europea. Incluso se podría traducir en algún tipo de sanción… Por eso hay que detallarlas cuanto antes y comprender que esto son solo las líneas generales de todo lo que se irá aprobando en los próximos días.