Agua pasada no mueve molino… a no ser que se trate de una central hidroeléctrica que seguirá moviendo turbina, una y otra vez, para ser la forma más eficiente de almacenar energía es la bateria virtual.
El funcionamiento del mercado eléctrico no es sencillo. Entran en juego demasiados agentes y factores, además, está repleto de falsos mitos que lo complican aún más. Quizá uno de los más extendidos sea el de que la energía no se puede almacenar. Ya se sabe… lo de que no se crea ni se destruye, solo se transforma, interpretado de forma literal y al pie de la letra. Sin embargo, un barril de petróleo o una bombona de butano es, precisamente, energía guardada para utilizarla después. Eso sí, lo que es casi imposible o, más bien, aún no se sabe bien cómo hacerlo en grandes cantidades es almacenar de forma directa electricidad para que esté disponible para cuando se necesite. Por este motivo, lo único que se puede hacer de momento es transformarla en otra forma de energía que sí sea almacenable.
Más importante de lo que parece, como ha recordado Jorge Morales de Labra en Zona Value TV por las particularidades que tiene el sector eléctrico. Prácticamente el único del mundo en el que se tiene que generar en tiempo real la misma cantidad que se está consumiendo. La fecha decaducidad es instantánea y el sistema tiene que estar siempre preparado para satisfacerla. No puede haber fallos. Por eso, todas las centrales tienen que hacer una previsión de su producción con 24 horas de antelación. Tampoco es sencillo. Muchos factores que deben ser tenidos en cuenta y la demanda es determinante. Predecir el comportamiento del consumidor puede ser complicado. Siempre hay desviaciones. Lo mismo pasa en los mercados de abastos. No siempre se termina comprando lo que se ha escrito el día anterior en la lista de la compra.
Con permiso de las baterías, que son electroquímicas y cada vez son más baratas y rentables, la forma más eficiente de almacenar energía en estos momentos es el agua de las hidroeléctricas.
Por eso, aunque el sistema eléctrico cuenta con una serie de servicios centrales para ajustar la oferta con el consumo real, el almacenamiento también es fundamental. Y ya que no es posible almacenar electricidad, la forma más rentable y eficiente de hacer algo parecido es con el agua. Tenerla guardada en pantanos y embalses para volver a generar luz cuando sea necesaria. Muy sencillo y efectivo, pero no todas las hidroeléctricas son iguales. Las más básicas son las presas simples que tan solo abren y cierran compuertas y deciden así la cantidad que van a pasar por la turbina. Luego ya están las llamadas de bombeo. Mucho más interesantes, por cierto. Agua almacenada en dos niveles o embalses. Uno en una cota inferior y otro a mayor altura. Lo que hacen es muy curioso y está muy bien pensado para optimizar recursos.
Así, cuando el precio de mercado es bajo lo que hacen es bombear energía en forma de agua de abajo a arriba. También al revés y ahí está la clave de su rentabilidad porque cuando el precio de la luz sube la dejan caer de nuevo para producir electricidad. Tienen muy pocas pérdidas al realizar este ciclo que realizan continuamente. Una y otra vez sin apenas parar. Lo más habitual es que bombeen de noche, más barato y con menor demanda, y que turbinen de día para sacarle el máximo partido. No acaba aquí la cosa… Aún hay más tipos de hidroeléctricas como las mixtas y la verdad es que son un poco más complicadas. Combinación de las dos anteriores. Por un lado, tienen aportaciones naturales de agua como los embalses convencionales y, además, cuentan con bombeo. La forma más eficiente de almacenar energía con permiso de las baterías…