Ahora la mejor opción son las tarifas variables para beneficiarse de los bajos precios en las horas centrales del día. Eso sí, sin permanencia para ir viendo la evolución y poder tomar decisiones si cambia la situación.
Lo que han cambiado las cosas últimamente. Sobre todo, si de lo que se habla es del precio de la electricidad. A veces da la sensación de que cuanto más avanza más se va acelerando. Días que transcurren como si fueran horas y años que solo son trimestres. Parece que fue ayer cuando el precio de la luz costó de media 545 euros/MWh con un pico de 700, pero en realidad fue el pasado 3 de julio de 2022. Desde entonces no ha parado de bajar hasta los 30 euros que se pagan hoy. Primero lo hizo de forma tímida y desde principios de año ya de forma más acusada. Además, para neutralizarlo se ha hecho de todo: rebajar todos los impuestos hasta hacerlos casi desaparecer; promover la eficiencia energética; ampliar la cobertura del bono social y, por supuesto, la medida estrella: poner en marcha la excepción ibérica.
Los consumidores también han puesto mucho de su parte para rebajar al máximo las facturas. Desde medidas de ahorro hasta cambiarse de tarifa. Muchas son las personas que viendo la situación en los últimos meses se han cambiado de una tarifa variable como el PVPC a otra fija. Solo en los momentos más intensos de la crisis energética fue la mejor opción. Sin embargo, la cosa ha cambiado tanto en tan solo unos meses que han vuelto a dejar de ser competitivas. De hecho, solo han sido más baratas durante ese tiempo. En estos momentos es justo al revés.
Sin permanencia: la tarifa Cristalina nunca tiene este compromiso. En Próxima Energía preferimos que nuestros clientes se queden con nosotros porque lo prefieren. Sin ataduras ni penalizaciones de ningún tipo.
Fueron la opción más recomendable cuando el precio de la luz llegó a esos niveles de récord. Sin embargo, luego dejaron de serlo porque cuando la subida en el mercado mayorista se mantiene en el tiempo también acaba incrementándose lo que paga el consumidor por cada kWh. Más tarde que temprano se acaba repercutiendo el aumento de costes en la tarifa. Por el contrario, en las variables se nota inmediatamente. De un día para otro, o más bien, de una factura para la siguiente. En la de ese mismo mes, pero en las fijas se deja sentir transcurrido un tiempo.
Exactamente cuando toca renovar los contratos, pero lo que está pasando ahora es justo al revés. Es decir, ahora que están bajando los precios, las tarifas variables se benefician en ese mismo momento. De hecho, hoy pagan mucho menos de la mitad que el año pasado. Es inmediato. Por el contrario, las fijas también lo harán, pero dentro de unos meses. Empezarán a descender cuando tengan que competir, como esta pasando ya, con las que dependen del mercado. Por eso, lo más importante a la hora de elegirlas es que no tengan permanencia. Para tratar de evitar quedar atrapado en una que se creía que era buena, pero que con el paso del tiempo ya no lo es tanto. Por ejemplo, antes 17 céntimos kWh estaba muy bien. Ahora 13 también, pero dentro de unos meses puede ser un 30% más cara. ¡Cuidado con las ofertas que incluyen este compromiso!