Poner limite al precio del gas tiene sus ventajas, sobre todo, en los recibos. De establecerse en 30 euros/MWh puede bajarlos a la mitad, aunque habrá que esperar a ver la letra pequeña.
La letra pequeña a veces lo es tanto que es casi invisible. Casi del mismo tamaño que el grosor de una moneda de 10 céntimos. No es demasiado, pero es el mínimo que se considera aceptable para poder ser leído. También para que sea legal en determinados documentos oficiales y, sobre todo, en contratos. Aún así sigue siendo muy pequeño. Solo para hacerse una idea es la medida que equivale al cuerpo 7 de un texto de Word. Sin embargo, la del límite al precio de gas es de momento aún meno. Invisible, porque de momento no existe. Aún faltan por conocer casi todos los detalles. De hecho, solo se conoce un dato y es que el límite que se va a proponer a Bruselas para el precio del gas es de 30 euros/MWh. Después, habrá que esperar a que salga publicado en el BOE para saber más.
Por cierto, que el tamaño de la letra del Boletín Oficial del Estado tampoco es que sea mucho mayor. Cuerpo 10 que todavía sigue siendo pequeño. Mucho mayor sería el ahorro de aprobarse finalmente la medida de limitar el precio del gas, pero solo para los nueve millones de consumidores que están acogidos a la tarifa oficial o a fórmulas variables que tengan como referencia al precio mayorista. Aunque, como ha explicado Jorge Morales de Labra en En boca de todos de Cuatro TV, los cálculos complejos el recibo de la luz se podría reducir a la mitad. Así, si el recibo medio del mes de marzo ha sido de 140 euros podría quedar próximamente en menos de 70. Todavía toca esperar para comprobarlo y esto es solo es una estimación porque, precisamente, aún falta por conocer la letra pequeña.
Limitando la generación eléctrica con gas con precio de referencia de 30 euros por MWh los recibos de la luz se podrían reducir a la mitad. De 140 de media en marzo a menos de 70.
Esa que aún no se conoce y que, además, es muy difícil de predecir. Más que nada porque si ya es difícil hacer los cálculos con una subasta eléctrica ahora va a haber dos: una internacional para las exportaciones y luego otra doméstica en España y Portugal. Es decir, habrá dos precios diferentes y la factura de la luz va a ser una ponderación de ambas. En realidad, no es tan sencillo como parece. Tanto es así que, incluso antes de presentar la propuesta, algunos medios señalan que Bruselas la ha acogido con recelo. En principio no les parece muy razonable y habrá que esperar un par de semanas o tres para ver cómo quedan finalmente los recibos. Por eso, hay que tener claro que lo que están pidiendo España y Portugal no es ninguna ayuda o subvención.
A la Unión Europea no le va a costar absolutamente nada. Ni un céntimo de euro. De hecho, lo único que se pretende en la península ibérica es seguir pagando la electricidad generada con gas al precio que le corresponde. Es decir, al que marque la materia prima en los mercados más unos costes añadidos que tienen. Eso sí, solo a este tipo de centrales, al resto no y son muchas. España y Portugal tienen más renovables que la media de la UE. Además, junto a las nucleares suponen más del 70% de la generación. En días de mucho sol o viento pueden llegar a superar ampliamente el 80%. Por eso, se las quiere limitar. Es lo justo. Así, una pequeña parte de la electricidad se pagaría al precio del gas de más de 200 euros/MWh como en Francia o Alemania, pero a las restantes a uno inferior.