La factura más cara y compleja de la historia. La expectación por el impacto de la nueva tarifa de la luz en los recibos era máxima y ahora que ya han llegado a los buzones es el momento de comparar. ¿Cuál será la más barata?
La factura de la luz del mes de junio no solo es la más cara de la historia sino además es de las más complicadas que se han visto hasta ahora. Tampoco hay que exagerar. No hace falta llamar a un asesor energético para descifrarla, pero casi. Por suerte, para eso ya está Jorge Morales de Labra en Cuatro al día de Cuatro TV. Sobre todo, para saber si se ha salido ganando o perdiendo con el cambio de tarifa y sus tres tramos horarios. La vieja y la nueva factura de la luz han llegado casi a la vez a las casas y es el mejor momento de compararlas. ¿Cuál será la más barata? Tal es el impacto que han tenido informaciones como la de planchar de madrugada que, no hay que engañarse, la expectación es bastante alta…
Tanto lío con los nuevos horarios de la luz y antes de que se aplicara la nueva tarifa el 48% del consumo ya se encontraba en el periodo valle que no solo va desde la medianoche a las 8 de la mañana.
Eso sí, todavía no es el momento de sacar la calculadora porque aún hay que tener en cuenta otra cosa. Antes del 1 de junio y, por tanto, de la entrada en vigor del nuevo sistema tarifario, ya el 48% del total del consumo se realizaba en periodo valle. Puede parecer una cifra muy alta, pero las horas baratas no son solo las que van desde la medianoche a las 8 de la mañana. También lo son los fines de semana y los festivos nacionales al completo. Por tanto, el cómputo anual alcanza de sobra la cifra. Además, también se contaba con que el 52% restante tampoco se iba a poder desplazar totalmente por mucho que se quiera. Ahí está el frigorífico para demostrarlo. Es decir, que a pesar de todos los chistes los cambios entre los horarios iban a ser moderados.
Ahora sí, lo mejor con las dos facturas en la mano es compararlas. Eso sí, sin hacerlo con mucho lío de decimales, con dos es más que suficiente. Solo hay que echarles un vistazo. El resultado salta a la vista. Justo antes del cambio de tarifa se pagaba de media 14 céntimos por cada kWh. Lejos quedan ya los 9 o menos de hace poco más de un año. Ahora, en cambio, lo que se aprecia es otra cosa bien distinta. Hay una gran diferencia entre los tres tramos horarios. Mucha, más del doble. En las horas más caras, las que van de 10 de la mañana a 10 de la noche salvo durante la siesta ha subido hasta los 24 céntimos. Casi el doble de lo que se pagaba antes. Por suerte, en el periodo llano se siguen pagando esos mismos 14 céntimos. Más o menos igual que antes.
Mejor aún se presenta el panorama en horario valle donde el precio baja un 30% hasta los 11 céntimos. Así, la media total para este usuario se sitúa en los 16 y eso es un 15% más que antes del 1 de junio. Justo el mismo porcentaje que ha bajado la parte fija del recibo. Más o menos igual. Lo comido por lo servido que se suele decir y esto es muy importante a la hora de comparar después con los que tienen tarifas a precio fijo. Los mismos que aseguran a bombo y platillo que están muy tranquilos con todo esto de las horas porque la electricidad les cuesta, pase lo que pase, siempre lo mismo. Tienen razón, no les ha subido la luz porque ya la estaban pagando. Lo normal en este tipo de contratos es que cueste a 18 céntimos o más el kWh.
La diferencia de precio por kWh de la nueva tarifa de la luz respecto de la antigua es un 15% mayor. Justo el mismo porcentaje que se ha reducido la parte fija del recibo y se queda más o menos igual.
Eso con suerte, porque suele ser incluso superior. Auténtica barbaridad porque es más incluso que lo que se está pagando con las variables como la Cristalina de Próxima Energía con precios de mercado de récord. Los ha pulverizado todos durante el mes de junio. Más altos de lo que se habían visto nunca y aún así siguen siendo más baratas. Sí, lo más habitual con la tarifa oficial o PVPC es que no supere nunca los 10 céntimos. De forma excepcional se está pagando entre el 40-60% de más mientras que con las de precio fijo lo hacen de forma permanente. Todos los meses del año. Pues eso, que la nueva factura puede ser la más complicada de la historia, pero solo hay que sacar la calculadora para comprobarlo. Las cuentas salen y más vale recibo difícil y tarifa barata que sencilla y cara.