Cuatro claves para entender la bajada del precio de la luz durante el confinamiento y el motivo por el que no todo el mundo la ha podido notar en su última factura.
¡Atención, pregunta…! ¿Por qué, aunque hemos estado más tiempo en casa y el consumo de energía doméstica ha aumentado, no ha aumentado el importe de la factura de la luz? No tiene truco, es así. Tal cual. Tampoco es pregunta trampa para ir a pillar en el examen final de la cuarentena. Increíble, pero cierto, porque si algo se ha aprendido de los concursos de televisión es que todas tienen respuesta. Absolutamente todas. Eso sí, solo si se sabe buscar. Primero en los libros como se hacía en el Tiempo es Oro. También vale, prensa y televisión. Y luego en la memoria como en Cifras y letras, 50×15, Lingo, Pasapalabra, Saber y ganar, Un dos tres, Cesta puntos, Millón para el mejor, … Aunque de esta nadie se hará millonario, es más una cuestión de pagar El precio justo. Por eso, Jorge Morales de Labra la ha respondido en Telemadrid.
Durante el confinamiento el consumo doméstico, respecto a los mismos meses del año pasado, se ha incrementado un 20%.
Así que, ¡atención, pregunta…! Porque la respuesta es aún más sencilla que memorizar esta interesante cuestión. Es cierto, que durante el confinamiento el consumo doméstico, respecto a los mismos meses del año pasado, se ha incrementado un 20%. Tan cierto como que ese aumento es una proporción pequeña del total de energía que necesita un país. El mayor peso se lo lleva la industria que ha visto reducida su actividad. Su consumo eléctrico, por tanto, también. Ha caído, literalmente, en picado. Más consumo en los hogares, pero menos en las empresas. También menor la cantidad de energía que se necesita generar. Tanto que es posible satisfacer la demanda con fuentes más baratas que, además, hacen bajar el precio de la luz.
Y es que en todo esto tienen mucho que ver las renovables. La primera fuente de generación que entra en el sistema y la más económica. Una vez instaladas prácticamente apenas tienen costes para producir la energía solar o eólica. El calor del sol y la fuerza del viento han hundido el precio de la electricidad. A todo esto, además, hay que sumar que el del gas y el del petróleo, también, se han desplomado. Andan en mínimos históricos y eso se podría comprobar al llenar el depósito en la gasolinera. Claro, si uno se pudiera desplazar. Así, sea como sea, el gas ha conseguido, desplazar al carbón, todavía más caro, para producir electricidad cuando con las renovables y otras fuentes no alcanza para satisfacer la demanda.
Pero la bajada del precio de la luz no la ha traído el coronavirus. Lleva cayendo mes tras mes durante el último año y con ahorro del 13% de media. No es poca cosa y más si se tiene en cuenta que en abril, por todas estas claves, el descenso es del 22%. Y ahí está la respuesta a la pregunta. Bien a la vista, no se nota el mayor consumo de los hogares porque el aumento es casi el mismo que el del ahorro. Lo comido por lo servido. Se queda como estaba. ¿Es el momento de plantarse? Para los que prefieran no hablar en porcentajes sino en dinero contante y sonante, eso son, en torno, a 10 euros menos en la factura. En cada factura, que no está nada mal. Todo esto tiene un “pero”. Desgraciadamente este ahorro no lo verán todas las familias. ¿Por qué?
16 millones de familias no pueden beneficiarse de las bajadas de la luz porque tienen una tarifa a precio fijo, mientras 11 millones ven como su factura disminuye mes a mes
Por fin, la pregunta del millón, pero esta ya es hasta de otro concurso. Pues sí, tiene más que ver con El precio justo y el mercado hipotecario. 16 millones de familias no pueden beneficiarse de las bajadas de la luz porque tienen una tarifa a precio fijo. Igual pasa con las hipotecas que a quienes tienen el tipo de interés variables les sube y les baja y quienes no… ¡habrán pagado más durante el confinamiento! Mismo coste, pero mayor consumo. Así, por mucho que baje el precio en el mercado mayorista seguirán pagando exactamente lo mismo por cada kWh. Más beneficio para las eléctricas. Por eso, hay que buscar desde ya mismo una tarifa a tipo variable como la Oficial, la más conocida, o la Cristalina de Próxima Energía. Acertar con El precio justo, sin pasarse es mucho más sencillo de lo que parece. ¡A cambiar…!