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Las partes del recibo de la luz

Mercados, costes regulados, cargos e impuestos… El recibo de la luz tiene 4 partes y es fundamental conocerlas bien para comprender las subidas y bajadas del precio de la electricidad.

Invierno, primavera, verano y otoño. Sí, las cuatro estaciones son las mismas veces que Colón viajó a América. Cuadrado perfecto, el primer número compuesto. Suma, resta, multiplicación y división, las reglas matemáticas; los grupos sanguíneos; las muelas del juicio; las ruedas del coche; Norte, Sur, Este y Oeste, los puntos cardinales; y hasta las cavidades del corazón o las fases lunares… ¡Todas son 4! Lo mismo que los palos de una baraja o los cubos que forman todas las piezas del Tetris. Tan inolvidable, como el número atómico del Berilio. No hace falta ni recordarlo. Lo que sí se les olvidó mencionar en la escuela es que esa misma cifra, la de la suerte del trébol y los sabores, es la misma que las partes que componen el recibo de la luz. No es de extrañar, por tanto, que la mayoría de las personas sigan sin entender lo que pone.

recibo de la luz
Las partes del recibo de la luz

Como si leyeran 四 (traducción: 4 en chino). No pasa nada. Es mucho más frecuente de lo que parece, pero es fundamental tener claros los conceptos para entender los motivos por los que puede subir o bajar el precio de la luz. A esa cuestión tampoco hay centro educativo en la que se suela dar respuesta. Quien si ha tratado de hacerlo ha sido Jorge Morales de Labra en el programa Carretera y Manta de La Sexta. Aquí va su explicación del recibo…

Pues la primera parte del recibo es lo que se llama (1.) mercado mayorista de electricidad. Suena un poco menos que a mandarín porque se oye mucho a los políticos hablar del tema. Lo que es más complicado es saber cómo ponen las eléctricas el precio a la energía que se consume. Cambia, literalmente, a cada hora. No es lo mismo utilizar electricidad a las 12 de la mañana que a las 12 de la noche. De hecho, no tiene nada que ver y más que se va a complicar a partir del mes de abril de 2021. Como es lógico, lo que se consume, las vueltas que da el contador, es una parte muy importante del recibo, pero menos de lo que debería. Para hacerse una idea una subida del 50% en el precio del kWh solo supondría un incremento del 7% en el total del recibo.

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Las partes del recibo de la luz – Carretera y Manta de La Sexta (6 de febrero de 2019)

Curioso, ¿verdad? La factura de la luz esconde otras muchas cosas como, por ejemplo, los (2.) costes regulados. Hay comercializadoras que intencionadamente lo incluyen como impuestos, pero no lo son. No es lo mismo. Ni mucho menos. Lo que sucede es que hay elementos del sector eléctrico en los que no hay competencia posible y es el Gobierno quien fija los precios. El más evidente de todos son los conocidos como peajes. Es decir, transportar la energía desde el lugar donde se produce hasta todas y cada una de las casas. Evidente porque solo hay un cable para todos. La red eléctrica es única para todas las compañías eléctricas que cobran por su utilización. Eso sí, lo hacen todas por igual con los importes que aparecen en el BOE. Sencillo y efectivo, en caso contrario estarían las calles llenas de cables. Es también una parte importante de la factura.

Hasta aquí todo claro. Se gasta tanta luz, se paga tanto. Por consumirla y, también, por llevarla hasta los enchufes de casa. Pero claro, las empresas eléctricas tienen que ganar dinero por hacer posible la magia de la electricidad. Se llevan un porcentaje por hacerlo realidad y no les va nada mal. Normalmente del 3% de (3.) margen de comercialización, facturación, riesgo de impagos, atención al cliente y algunos servicios que justifican su gestión. Suma y sigue.

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Las partes del recibo de la luz – Carretera y Manta de La Sexta (6 de febrero de 2019)

Y, por último, ahora sí, llegan los (4.) impuestos que, por cierto, tienen tela. Así, en plural porque son varios. El primero, el especial de electricidad y aún falta el IVA, que curiosamente en España es del 21%. Curiosamente porque no en todos los países es tan alto. Sobre todo, para lo que se podría llamar un consumo básico. El necesario para vivir. No hace falta viajar muy lejos para encontrar lugares en los que los primeros kWh consumidos tienen un tratamiento fiscal más adecuado, más bajo. Pues aquí todo el uso de electricidad tiene los mismos impuestos que comprar un diamante o, incluso, un deportivo. IVA al máximo, como si fuera un artículo de lujo. Bueno, en realidad un poco más. Exactamente un 5% más del especial de electricidad. No hay quien lo entienda, pero de momento es lo que hay.

Así que el recibo eléctrico tiene 4 componentes. Fundamental conocerlos para comprender las variaciones en el precio de la luz. Mucho más que el número atómico del Berilio porque cada subida o bajada puede estar causada por uno o varios motivos. Sin ir más lejos, el incremento de los últimos meses se debe a los mercados, pero hace algunos años más se encontraba en los costes regulados. Fueron los tiempos en los que entraron al sistema las renovables caras, allá por el 2008. Aún hay más, porque en otros momentos la culpa fue del IVA. No hace falta ni recordar que en el 2010 se aplicaba un 16%, que no está mal, y se disparó hasta el 21%. Subida de impuestos de 5 puntos, nada más y nada menos. No hay una única causa. Unas suben y otras bajan. Todo depende de la parte del recibo que se vea afectada.

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