Mayor exportación a Francia, aumento del consumo eléctrico por la ola de calor y menor aportación renovable son algunos de los factores que explican lo que ha salido mal con la excepción ibérica en sus primeros días.
Error de cálculo, coincidencia o simplemente mala suerte, pero lo cierto es que el estreno de la excepción ibérica no ha podido ser más complicado. Difícil conocer su efecto real en condiciones más normales. El fallo y lo que no ha salido según lo planeado es que no se contaba con que se iba a disparar en estos días la generación eléctrica con gas. Si normalmente supone el 20% de la producción de electricidad total hoy ha llegado hasta el 40%. Máximo de los últimos 8 años. Y ya se sabe que es clave para la eficiencia de la medida por la ya famosa compensación. Cuanto más se utilice mayor será el diferencial que hay que pagar reduciéndose el descuento. Si por este concepto se calculó que habría que pagar 30 euros/MWh hoy casi llega a los 70. Todo tiene su explicación. Hay algunos factores que lo explican:
Mayores exportaciones a Francia
Todo lo que podía salir mal, así ha sido. Empezando con las exportaciones a Francia. No es algo habitual. Lo normal es que haya un intercambio. Es decir, que a unas horas se compre y a otras se venda. Pues ahora la electricidad viaja en una única dirección, a Francia, y siempre al máximo de capacidad que proporciona la red eléctrica. La frontera está totalmente saturada. No da más de sí y la razón es muy sencilla. Es mucho más barata aquí que allí porque los franceses solo ven el primer precio y luego solo pagan una pequeña parte de la compensación. Les sale muy bien el negocio. Mejor incluso que en España. Así que, los primeros beneficiados con la excepción ibérica son, precisamente, los consumidores este país. Hoy ellos sí que pagan menos que ayer.
Ola de calor y consumo eléctrico
Además, el estreno de la medida ha coincidido con una gran ola de calor. La primera del año y de máxima intensidad. Literalmente ha disparado el consumo y además lo ha ido haciendo de forma progresiva. Cada día un poco más y este es un fenómeno muy conocido en el sector. Cuánto más se prolongan las altas temperaturas más se intensifica el consumo de electricidad. Durante la primera jornada de calor se pone un poco el aire acondicionado, en la segunda varias horas y la tercera ya todo el día. Eso es así y no suele fallar nunca.
Menor aportación renovable al mix eléctrico
Y a todo esto hay que sumarle un tercer factor y es que la meteorología no ha acompañado. No solo apenas ha habido viento en los últimos días que además hay otra explicación que justifica la menor aportación renovable. Sencillo… Por contradictorio que parezca, los paneles solares funcionan mejor y producen más electricidad cuando menor es la temperatura. Dependen y mucho también de este factor además de la radiación solar. Cuanto menor sea y si es bajo cero, mucho mejor. De hecho, donde mayor rendimiento tienen es en el espacio. A -200ºC se dispara la producción. Mientras que a 40ºC generan un poco menos. El rendimiento baja en torno al 5%.
“Si no se hubiera conseguido este mecanismo para España y Portugal hoy el precio de la luz sería 72 euros superior al que ha marcado con la excepción ibérica y solo hay que compararlo con el del resto de países de la UE para comprobarlo”. María Jesús Montero.
No es demasiado, pero todo afecta. El menor de los problemas, pero si se suman todos estos factores, el resultado es claro. Mayor exportación, aumento del consumo y menor producción renovable hacen que estos días se hayan batido todos los récords de generación eléctrica con gas. ¡Hasta se han puesto en marcha centrales que llevaban años paradas! Y el problema, como ha explicado Jorge Morales de Labra en 120 minutos de Telemadrid, es el precio. Más altos que nunca. Así que donde se iba a ahorrar de momento no se ha hecho, pero para lo que sí ha funcionado es para frenar la escalada de precios.