Curioso que los paneles solares suelan tener una garantía de producción de 25 años en los que la pérdida de rendimiento sea del 0,5% anual y que por la suciedad acumulada se pueda ver reducida hasta en un 25%.
Muchos son los factores que influyen en el rendimiento de las instalaciones fotovoltaicas. Desde los materiales elegidos para los paneles solares, monocristalinos o policristalinos, hasta el lugar en el que finalmente se coloquen. Importa la orientación, en el hemisferio Norte deben mirar siempre hacia el Sur y, por supuesto, con la inclinación adecuada para conseguir que los rayos del sol incidan de la forma más perpendicular posible. También la temperatura y el clima. De este modo, la mayor productividad se obtendría a unos 25ºC o, incluso menos. En el espacio, a temperaturas bajo cero, llevan prestando servicio años a todo tipo de satélites. En principio, el viento y la lluvia no deberían reducir la eficiencia, pero lo que sí es determinante es el número de horas de luz y las zonas de sombras, pero cuando ya están en marcha, el gran olvidado es el mantenimiento.
Suciedad ambiental: factor determinante en el rendimiento de instalaciones fotovoltaicas
Polvo, arena, salitre y hojas o insectos, entre otros, … Todos juntos, con la acumulación originada por el paso del tiempo, se pueden convertir en el peor enemigo de la eficiencia de los paneles solares. Tanto, o más, como instalarlos a la sombra. Por eso, aunque es cierto que el agua de la lluvia y viento pueden contribuir y ayudar a mantenerlos limpios, en muchas ocasiones conviene realizar una limpieza más profunda para eliminar cualquier resto u opacidad que afecte a su rendimiento. Tan sencillo como que cuánta más radiación solar puedan captar, más energía se producirá. Caída de la producción de energía de entre el 8% y el 15% y eso en el mejor de los casos porque con los excrementos de pájaros puede ser incluso peor. Hasta el 40%. Más rentable limpiarlos que dejar de generar una cantidad importante de kWh.
¿Cómo y cuándo limpiar los paneles de una instalación fotovoltaica?
No hay reglas fijas, pero lo recomendable es realizar una limpieza en profundidad dos veces al año o, como mínimo, una. Tampoco hay fórmulas magistrales porque dependerá especialmente de las condiciones ambientales, la climatología y la ubicación de la instalación. No es lo mismo tenerla en una gran ciudad, cerca de una carretera, zona industrial o en otras en las que se estén desarrollando obras, que en la tranquilidad de un núcleo rural. Tampoco en lugares en los que la calima proveniente del continente africano forma parte del paisaje o en las proximidades del mar, con el salitre y también la arena como protagonistas. Las necesidades no son las mismas.
Las partículas en suspensión que se encuentran en el aire impactan y se acumulan directamente sobre las instalaciones fotovoltaicas. Estudios recientes demuestran que esa contaminación puede reducir hasta un 25 % la eficiencia de los paneles solares.
Lo mismo sucede en aquellas regiones con nevadas y granizadas o fenómenos meteorológicos violentos. Siempre dejarán una mayor acumulación de partículas sólidas en la superficie de los paneles solares. Sea como sea, no todo vale a la hora de limpiarlos. Siempre el mejor momento para hacerlo es a primera hora de la mañana o a última de la tarde cuando la radiación solar es menor. Evitar los días de viento y lo ideal son los nublados o en los que las temperaturas sean más bajas. Además, la clave es evitar rayar el cristal o dañarlo con químicos y detergentes no indicados para este tipo de materiales. Aun así, siempre habrá restos de suciedad que con el tiempo se han incrustado y parecen imposibles de eliminar. Más vale prevenir que limpiar y, sobre todo, que sea realizada por un equipo profesional.