A la única electricidad que no le afectan las subidas de la luz es a la que no se consume o mejor dicho la que no se derrocha. Además, es siempre la energía más barata de todas.
Hoy poner una lavadora de 8 kilogramos a 30º puede costar unos de 40 céntimos de euro. Mucho más barato que hacerlo en una lavandería, pero más caro que en todo el pasado año. En 2020 costaba de media menos de 20. Otra cosa es que se pueda hacer para secarla con la que está cayendo. Afortunadamente hay soluciones… No para el secado, hay que olvidarse ya mismo de hacerlo sobre los radiadores, pero sí para ahorrar energía. O al menos para minimizar el impacto de las subidas de la luz. El más sencillo de todos es la regleta. También el más básico y el más conocido. No hay casa en la que al menos no haya una, pero otra cosa bien distinta es que se utilice correctamente. Eso sí, siempre debe tener interruptor. Ahí está la clave.
En los pocos días que han pasado desde que comenzó el 2021 el precio de la luz ha subido más del 20% y hoy es el segundo más caro de la historia al situarse por encima de los 90 euros MWh.
En caso contrario ni siquiera se le debería llamar regleta. Más bien será alargador o ladrón, pero lo que nunca evitarán es el consumo fantasma o vampiro que es de lo que se trata. El que chupa la electricidad de los enchufes hasta vaciar los bolsillos como ha explicado Jorge Morales de Labra en Las cosas claras de La1. Aún peor y sin que aparentemente se note. A estas alturas a nadie le extrañará esto. Multitud de aparatos electrónicos consumen energía, mucha más de la que se piensa, solo por estar conectados. Tampoco hace falta que estén en funcionamiento. El coste del stand by es tan alto que puede llegar a suponer la tercera parte del recibo. Pues para evitarlo…regletas en todos los lugares en los que haya una alta concentración de electrodomésticos: cocinas, mesitas de noche y, por supuesto, escritorios.
No tanto en el salón que luego es más incómodo encender el televisor sin el mando a distancia. Eso sí, cuando se han dejado de utilizar siempre hay que desconectarlo y para eso está el interruptor. Tan sencillo como acordarse de pulsar un botón. Pues para los que olviden hacerlo hay un nivel aún superior. Enchufe inteligente para conectar la regleta y todo lo que se quiera. Más caro, pero aún más efectivo. Programable y, además, se puede activar o desactivar a través del móvil. Ya no hay olvido que no tenga remedio instantáneo. Mayor control sobre el consumo y mínimo impacto de las subidas del precio de la luz. Y todo… por menos de lo que se puede imaginar. Si una regleta cuesta 10 euros, el enchufe solo el doble o un poco más. Rentabilidad asegurada.
90 euros MWh cuando hace tan solo unos días no llegaba a 45 y puede ser aún peor. A las 8 de la tarde de hoy llegará a las 105 y con el gas más de lo mismo 51 euros MWh y subiendo.
Pues lo mismo se puede hacer con el gas que también tiene sus vaivenes. Lo más básico y casi de andar por casa son los burletes. Sellos de caucho tan fáciles de instalar como de comprar. Se pueden encontrar en cualquier ferretería y no hace falta tener ningún conocimiento o destreza para instalarlos. Pegar y listo. A partir de ahora ya no habrá corriente de aire frío que entre por las rendijas o bajo las puertas. Y, es que, precisamente, hasta el 30% del gasto en calefacción se tira por la ventana por un mal aislamiento. Y, si se habla de ahorro y calefacción, y más ahora que han empezado las rebajas es casi imposible no pensar en un termostato digital. Adiós, a los modelos ruedecita en la pared para entrar en una nueva era de eficiencia energética.
Ya se sabe, por cada grado adicional es un 7% extra en la factura. No está la cosa para derroches. Hay que cambiarlo ya mismo por uno que sea programable. Eso es lo más importante. Que se pueda desconectar cuando se está fuera de casa y se adapte a los hábitos del fin de semana que suelen ser bien distintos al de los laborables. También diferentes temperaturas para cada hora del día. Pues por poco más 100 euros se puede tener todo esto. Y por el doble mucho más como controlarlo desde el teléfono. El complemento ideal para las personas con horarios cambiantes. Esta apuesta por la tecnología suele tener premio. Hasta 200 euros de ahorro en el recibo anual. Amortizado el primer invierno para minimizar el impacto de las subidas en el precio.