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¿Mejor siempre conectado, aunque no se esté en casa? ¿Si se pone menos temperatura en el termostato enfría antes? ¿Encenderlo y apagarlo mucho aumenta el riesgo de avería? Mitos del aire acondicionado y diferencias con aerotermia.
El sistema de climatización más extendido, tan solo por detrás del ventilador. Aire, pero frío y al instante. Tal ha sido su popularización en la última década o, un poco más, que solo hay que echar un vistazo a cómo se dispara la demanda eléctrica en cuanto llegan las olas de calor. El mejor indicador tras los termómetros. Eso sí, en este tiempo han ido surgiendo, como con casi todo, un gran número de leyendas en torno a lo que ya es la sensación de las siestas del verano. Exactamente igual que con la calefacción… Si reseca el ambiente, provoca resfriados o si es malo para dormir… Por cierto, la mayoría de los aires acondicionados tienen modo nocturno y por algo será. Tampoco es que gasten demasiado. De hecho, un 60% menos que cualquier otro sistema equivalente. Y se utiliza luego como calefacción, es más barato que el gas.
Toldos y persianas, usar correctamente el termostato o no enfriar los muebles son solo algunas de las obviedades del aire acondicionado que no siempre se recuerdan a la hora de ponerlo en marcha.
Hay muchos más… Por ejemplo, que si se pone a la temperatura más baja posible enfría antes la habitación. De eso, nada. Tan falso como que haya que dejarlo siempre encendido para ahorrar. Eso no funciona porque, desde un punto de vista de eficiencia energética, lo mejor sería apagarlo cada vez que se sale de la habitación. Mucho más si no se va a estar en casa. Aunque solo sean los cinco minutos que se tarda en ir a por el pan. Puede resultar muy incómodo. De hecho, lo es. Por este motivo, mucho más importante es utilizar correctamente el termostato. Nada de estar subiéndolo cuando se tiene frío y bajando de nuevo cuando se empieza a tener calor. Siempre a la misma temperatura para que trabaje a su aire, nunca mejor dicho.
Mejor saltarse el mito anterior y dejarlo conectado, aunque se salga de la habitación, siempre que se haga a una temperatura razonable. A 18ºC es una auténtica locura. Además, cuando se habla de climatización se suele pensar en los típicos splits colgados de la pared. Hay otras opciones. También están los llamados sistemas de aerotermia. Funcionan fenomenal. Presente con mucho futuro. Mucho más eficientes para una vivienda o, incluso, un edificio entero. No dejan de ser una tecnología muy similar, pero tienen diferencias. El aire acondicionado convencional, el de toda la vida, es un sistema aire – aire. Es decir, hace una cosa muy especial. Coge el caliente de la calle y lo convierte en frío para el interior. También al revés cuando funcionan en modo bomba de calor. Es decir, van en sentido contrario al habitual.
Mucho más eficientes y se nota en las facturas. Los actuales equipos de aire acondicionado de clase B consumen hasta 3 veces menos energía que los pingüinos mientras que con los de C o D se reduce a la mitad.
Desde la calle directamente a todas las casas. Sin embargo, la aerotermia es un poco diferente. Un nivel superior, por así decirlo, porque la tecnología es aire – agua. De lo que se trata es de enfriar un circuito de este líquido o un fluido similar. Idealmente un suelo (o techo) radiante (o refrigerante), aunque también se pueden utilizar otros sistemas. Por ejemplo, en el caso de la calefacción, pueden ser radiadores convencionales, aunque son un poco menos eficientes y si se habla de refrigeración, fan coils. Intercambiar frío sin entrar en contacto con el aire.
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